martes, 14 de agosto de 2007

El Centro Historico de Cartagena de Indias




Esa primera tarde en Cartagena, después de refrescarnos en el baño y ponernos atuendos más veraniegos, entonces salimos hacia sus calles para tomar un taxi (los cuales todos tienen aire acondicionado) pedimos nos llevarán al Centro Histórico. Y en cuestión de 5 minutos estábamos caminando por las empedradas calles de la ciudad, recordando vidas pasadas llenas de piratas, inquisidores y toda la actividad de pescadores, marineros, y señoritas de su casa escoltadas por chaperonas.

Cartagena de Indias! Patrimonio de la Humanidad! Recorrimos sus calles a mediodía en punto, cuando el calor salía de las piedras y subía a través de las sandalias quemándonos los pies, pero ahí estábamos. Entramos a través de una calle principal que nos llevó a la Iglesia de San Pedro Claver, luego hacia la Catedral… En el camino, aparecieron cualquier cantidad de vendedores ambulantes, ofreciendo toda clase de prendas, desde sombreros de paja, a botellitas de agua, collares de conchas y hasta lentes de sol de imitación de todas las marcas imaginables… Sandra sucumbió a la insistencia de dichos vendedores, y ante mi prohibición de salir con una gorra de baseball, terminó comprando un sombrero de paja para aliviar un poco las inclemencias del sol.
Sudabamos como cerdos! Lo peor de todo es que se me había ocurrido que yo estaba demasiado blanco y por pura coquetería me había puesto una crema solar auto-bronceadora, y no se donde en el mundo se me ocurrió ponérmela para salir a caminar en ese sol y con una camiseta color celeste, la cual con el sudor comenzó a pintarse de cafés y anaranjados por todas partes. Eran escenas dignas de dos turistas locos que en vez de estar en la playa querían conocer la ciudad… Y fue así como caminando, caminando, llegamos a la Plaza Santo Domingo, con las pobres tripas de nuestro estómago chillando del hambre, pues ya casi eran las dos de la tarde. Uno no debe caminar al mediodía con hambre y bajo el sol, pues es propenso en caer en la primera “trampa de turistas” que se atraviese en el camino.

Cuál es la definición de una trampa de turistas? Para restaurantes o bares el término se aplica a un lugar donde la comida es cara y mala y la ambientación del lugar tiene vista de algún lugar histórico. Y fue así como en esa ocasión terminamos en el segundo piso de una casa antigua, en la terraza, viendo la Plaza de Santo Domingo en todo su esplendor, y comiendo un ceviche de pescado y una cerveza, por los cuales casi nos quedamos lavando los platos.

Después de engañar un poco el estómago, decidimos entonces visitar el Museo de la Inquisición. Para los que no lo saben, la sede de la colonia de la Santa Inquisición española estaba situada en Cartagena de Indias. Además el museo estaba a la sombra y algunos de los salones tenían aire acondicionado, aunque esto no significaba que el calor se aplacara. Así vimos diversas reproducciones de instrumentos utilizados en aquella época para torturar a la gente y sacar verdades a fuerza de garrotazos. No voy a entrar en detalle acerca de los instrumentos, pero si había una báscula que pesaba a las mujeres, las cuales si eran demasiado livianas pues podían ser acusadas de brujería, pues eso les permitía volar por los aires en sus escobas sin los problemas que el sobrepeso hubiese podido causarle a las jóvenes brujas.

La verdadera tortura la tenía la pobre Sandra, que después de estas caminatas, el calor y de haberme presentado sus fabulosos cómodos zapatos para caminar, pues terminó odiándolos y casi caminando descalza en las piedras calientes. No estuvo feliz hasta que no encontramos una tienda Puma, donde adquirió unas sandalias patas de gallo a precios europeos, pero le cambió el rostro inmediatamente, lo que nos permitió tomar un helado en Crepes and Waffles (http://www.crepesywaffles.com/) que sin entrar en detalle cuales son sus especialidades, es una cadena muy exitosa en toda Colombia y donde desde nuestro primer día en Bogotá habíamos admirado el sorprendente tamaño de sus helados, los cuales nos permitieron enfriar un poco el organismo.

Caminar y caminar, caminar y caminar, llegamos a las murallas de la ciudad y nuestros cuerpos se resistieron a dar un paso más, y un taxi salvador pasó en ese momento, llevándonos de nuevo a nuestro hotel para descansar y prepararnos para la noche. Además ese día no nos podíamos desvelar mucho, ya que habíamos adquirido un tour para el día siguiente a partir de las 7 de la mañana para ir a las Islas del Rosario, un viaje de hora y medio de camino en un bote de alta velocidad con motor fuera de borda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wow, su viaje estuvo muy chevere! Yo que vivo aqui no he visitado tantos lugares como ustedes! Me alegra que hayan podido disfrutar Colombia!

Centro Europa 2006