jueves, 23 de agosto de 2007

Las Islas del Rosario - Cartagena de Indias

Una pregunta clave para todos: Han caído alguna vez en una Trampa de Turistas?
Si? No? Bueno, conceptualicemos para definir lo que es una Trampa de Turistas: Es un producto o servicio, generalmente un restaurante, una atracción local o inclusive un itinerario completo cuya relación precio-calidad deja mucho que desear. O bien, es un precio barato, pero la calidad del producto es tan mala que el producto en sí no se disfruta?
Pues bien, en el Hotel Cartagena Millenium eso fue exactamente lo que nos vendieron para ir a las Islas del Rosario: Una trampa de Turistas, pero de las buenas! Y eso nos muestra que por más experimentado que sea un viajero, siempre podemos cometer el error de caer en ellas.

Tomemos en consideración que era Semana Santa y que la ciudad estaba a reventar con toda la clase media/media-alta colombiana y que además el hotel ha de tener convenios con ciertas empresas operadoras de turismo, añadiendo que Cartagena está destinada mayormente para recibir visitantes locales, que no serán tan exigentes como los europeos o los estadounidenses (uno de latino se conforma muchas veces, jaja). El resultado se llama: La Isla del Encanto.

Eso si. Se vendia el tour bajo la módica suma de 60 Dólares el día, con almuerzo incluido, precio que aún me debato si es barato o caro, pues depende de los estándares que cada uno aprecie en relación a servicios recibidos. Me imagino estaba en su precio justo. Uno recibe los servicios que se estan pagando.
Mi consejo es verificar con diversas empresas antes de tomar la decision de compra, comparar precios y verificar que es lo que incluye.

Para ir a las Islas del Rosario, se debe tomar un bote cuyo trayecto dura más o menos hora y media en altamar, pero es lo más parecido al Caribe que uno podría esperar. Las playas de Cartagena son de arena oscura, aguas no tan prístinas y con las comodidades que una playa de ciudad puede ofrecer. Pero claro, lo que queríamos eran playas vírgenes, arenas blancas, aguas turquesas y delfines! No habíamos invertido tanto tiempo de nuestras vidas para terminar en el Majahual de nuestro bello El Salvador!

Pero podemos decir que la rubia brasilera de la recepción del Cartagena Millenium nos vendió el tour a Islas del Rosario, y nosotros por comodidad pues tampoco quisimos averiguar más opciones. Comprarlo en el hotel era demasiado conveniente. Bueno, las vacaciones, sobre todo tan cortas, son para no pensar y para confiar en las recomendaciones del hotel. De todas formas la información acerca de Cartagena de Indias es Internet es muy poca y no tiene realmente detalles de cómo pasarla bien en un período de 4 días. Espero que este documento sirva para que futuros viajeros puedan disfrutar de tan bello paseo.

Y fue así que un viernes Santo (probablemente fue castigo divino caer en la trampa de turistas por estar paganeando en altamar en vez de estar en la procesión del Santo Entierro) pasaron de la empresa de turismo por Sandra y por mi a nuestro hotel. El medio de transporte: una chiva cartagenera!!! Para los que no conocen las chivas, son autobuses típicos en Colombia, muy coloridos, generalmente completamente abiertos al aire libre, con asientos de madera largos, que sirven para transportar pasajeros en dos opciones: diurna y nocturna. La nocturna tengo entendido que es la más alegre, ya que se convierte en un bus-discoteca, algunas de ellas con DJ, luces de colores y hasta bar abierto.
La diurna es simplemente para trasladar pasajeros de un lado a otro o para pasear por la ciudad.
Pues nuestra chiva diurna pasó sin contratiempos a la hora señalada. Éramos en total 7 pasajeros del Cartagena Millenium y el recorrido comenzaba en nuestro hotel. Teníamos que pasar por más pasajeros por más hoteles. Y la chiva arrancó sin problemas de ningún típico, en un día soleado, donde Sandra y yo llevábamos puesta nuestra ropa de baño, bloqueador solar, gafas de sol, toallas y pareos en un pequeño maletín y una gorra para no quemarnos la cabeza. La aventura comenzaba!

Pero la chiva no nos llevó muy lejos… En una zona de Bocagrande, llamada Castillo Grande, donde había más edificios de apartamentos que hoteles en sí, el conductor se detuvo en un alto y la chiva se apagó. Y no volvió a encender. La verdad es que no nos habíamos dado cuenta que la chiva estaba apagada, sencillamente pensamos que estaba esperando a algún pasajero. Pero cuando vimos que el conductor abría la compuerta del motor e intentaba vanamente encenderlo, escuchando el típico rugir de un motor ahogado, pues pensamos que el viaje sería cancelado pues faltaban como 15 minutos para que zarpara nuestro barco, y la opción de llegar a pie no era algo factible sobre todo al visualizar la estación de barcos situado al otro lado de la bahía desde donde estábamos.

No solo las aerolíneas reacomodan a sus pasajeros varados en tránsito…Tengo que admitir que la empresa de turismo contratada fue muy rapida y prestamente llamó dos taxis, enviandonos por nuestra cuenta a dilucidar en el Puerto a dónde tendríamos que abordar nuestra embarcación. Solo nos dijeron que preguntáramos por la Tour Operadora “Isla del Encanto” que no solo era el nombre de la isla privada donde nos iban a llevar, pero obviamente el nombre de la empresa con la que habíamos hecho el negocio.

No se si alguien en El Salvador ha estado alguna vez en la Terminal de Buses de Occidente… He visto terminales de buses muy ordenadas en el mundo, pero lamentablemente tendré que utilizar una Terminal en San Salvador como referencia. La Terminal en mi pais es caótica, con cualquier cantidad de gente intentando abordar los buses que ya salen hacia los diversos puntos del Occidente del país.

Pues la Terminal de Occidente podría ser una experiencia sencilla en comparación a lo que nos esperaba en el Puerto de Cartagena de Indias un día Viernes Santo. La cantidad de gente peleándose por entrar a sus respectivos barcos (primero ubicar a la tour operadora, luego ubicar el barco y por último abordarlo) era digna de cualquier Semana Santa en un destino de playa en Latinoamérica. Además a la entrada había una cantidad enorme de vendedores ambulantes con cualquier cantidad imaginable de productos: desde agua fría, pasando a ropa de baño, fruta fresca y estampitas de Cristo en la Cruz. En el Puerto descubrimos que había por lo menos diez empresas que daban el servicio hacia las Islas del Rosario, y en ese momento todas las empresas y todos los barcos estaban llenos. Es como que Cartagena entera salía en búsqueda del Tesoro perdido.

Ubicar a la “Isla del Encanto” en medio del caos no resultó tan complicado como creíamos. En el medio del caos, las empresas mantenían cierto orden para dirigir a los veraneantes hacia sus respectivos barcos. Nos acomodaron junto con otras personas bajo un toldo donde teníamos que esperar a que nos llamaran. En total seríamos como 30 personas los que subiríamos en ese barco, pero esa era una de las tantas tandas de gente que la Isla del Encanto llevaría ese día.

Tras una corta espera, comenzamos el proceso de abordaje… Los barcos (más bien lanchas con motor fuera de borda, olor a gasolina y uso de chalecos salvavidas obligatorios) tenían alrededor de 8 filas de asientos como para 4 o 5 personas cada una, y donde cada pasajero tenía que bajar agachado para no golpearse la cabeza con el muelle e inmediatamente ponerse un chaleco salvavidas color azul, con un olor a humedad innato y cuya primera duda que me asaltó es cuanta gente lo había utilizado antes, pues no tenía la menor impresión de alguna vez haber visto el sol y mucho menos detergente. Pero era eso o correr el riesgo de ahogarse en medio del océano si el bote era tan efectivo como la chiva de más temprano. ;-)

Todos a bordo! Amarras arriba! Hacia el horizonte! Y así partimos en nuestro crucero de lujo por el Caribe, disfrutando de la brisa del mar y el agua salina. Teníamos la Bahía a nuestro frente y los pequeños rascacielos iban haciéndose cada vez más pequeños en lo que nuestra grata cabalgata marina nos llevaba hacia el Paraíso terrenal… Pero dejemos la poesía a un lado, pues el grácil corcel llegó al límite entre la Bahía y el mar abierto en menos de media hora y sacó su motor fuera de borda… Y la paz terminó. Una hora… Una hora completa de camino en un bote el cual recibía el impacto de las olas de mar abierto, en unas bancas de madera donde todos los pasajeros rebotaban con el impacto de la lucha entre el motor y Poseidón… Mis órganos internos (después de aquella remada en bus de 4 horas de ida y 4 de regreso hacia Ica en el Perú) nuevamente se movieron de lugar, pues realmente no había forma de detenerse en esos asientos. Saltábamos en el interior de la embarcación de un lado hacia el otro y el viento nos golpeaba la cara, en medio de aquellos saltos tan abruptos que lo único que se podía hacer era quejarse del impacto. Ay! Ay! Jajajajaja! Una experiencia sumamente divertida y muy de aventura!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola.
Siento mucho lo que te paso y quizas si alguien lee esto también se sienta triste.
Pero te cuento que no todo es malo, lo mas probable fue que la agencia y el hotel que contrataste no fue el mas indicado ya que te cuento que yo estuve allá en Cartagena e Islas del Rosario apenas ahora en enero... y te cuento?.. Fue lo mejor, genial, las chivas eran super buenas, el mar no era cristalino pero no por ser sucio, sino mas bien porque son las caracteristicas de la arena que tiene Cartagena, La ida a las Islas del Rosario fue mágica y ni que contarte del hotel.
mas bien no tuviste suerte.. pero por favor no trates de desanimar la gente... al contrario que rico que conozcan Colombia y que rico que se dediquen a las playas e islas ya que son un paraiso real.
y por favor no te disgustes pero es bueno que te analices si realmente es que nada te impresiona tanto como para decir que es bueno.
Mucha suerte para los próximos viajes!!!...
un gusto haber aportado en su historia.
Bye..

G dijo...

Si eres tan exigente, hubieses escogido un bote para ti solo, lo hubieses rentado, y no me digas que todo tu paseo fue malo, pues no lo creo, no se por qué siempre la gente tiene que poner lo negativo de las cosas "según ellos" cuando se trata de Colombia y déjame decirte que no solo la clase media toca esos lanchas pequeñas, si tu eres de la realeza deberias comprar o rentar un bote. Yo conozco todas las islas y todos esos hoteles, he estado hospedada en todos, y créeme Colombia es maravillosa y lo tiene todo, si vas a viajar, sino eres aventurero, debes reservar todo el plan de viaje con tiempo y obtienes lo más caro o lo mejor para que no te de rasquiña la pequeña lancha o te veas cosas que no te gustan.

Walter A dijo...

Gracias a todos por sus comentarios.
Realmente no me he quejado por el tour a las Islas del Rosario. Me limito a describir las vivencias positivas o negativas. Viajar es positivo pues se aprende de la vida. Cada quien tiene su experiencia personal, su presupuesto y su forma de experimentar la vida.
En mi caso sencillamente comparto mis vivencias con el mundo sin afan de criticar a ningun pais si no mas bien encontrar lo mas grato de cada lugar.
Gracias por sus comentarios.
Saludos,
Walter

Centro Europa 2006