lunes, 22 de junio de 2009

Llegando a Beijing desde Shanghai

Estuvimos un total de 5 noches en Beijing, y ahí el choque cultural fue aún más fuerte que en su cosmopolita hermana. De hecho, para el último día estábamos desesperados y necesitábamos regresar con urgencia a Occidente! Pero no me voy a adelantar en mi historia, para documentar los hechos de viaje que podrán servir en el futuro a otros potenciales viajeros latinoamericanos en dicha región del mundo. Concluyamos Shanghai de una sola vez...

Shanghai no solo nos trató a cuerpo de reyes, si no que nos despidió como tales.
Únicamente en las películas había visto cuando toda la servidumbre sale a recibir o despedir a los residentes de los castillos ingleses... Y precisamente el Hotel Crowne Plaza Fudan Shanghai envió prácticamente una comitiva como de 4 o 5 personas, incluyendo a las chicas de Relaciones Públicas del hotel, a acompañarnos a nuestro taxi con destino hacia el Aeropuerto doméstico de Shanghai, despidiéndonos tan afablemente que hasta Lycenia me dijo: “me siento como que me despidieran de mi casa”.

El trayecto de Shanghai a Beijing lo hicimos con la aerolínea “China Eastern”, saliendo muy apropiadamente a las 12 del mediodía (para no madrugar) en un vuelo de dos horas exactas, donde lo más interesante probablemente fueron las “caricaturas de seguridad” que mostraron en los pequeños televisores del avión, donde no solo mostraban como abrocharse el cinturón de seguridad y donde ubicar la salida de emergencia, si no aconsejaban algunas normas de cortesía como no quitarse los zapatos pues los pies podían oler mal e incomodar al de la par!!!

En Beijing habíamos hecho nuestros arreglos de estadía con el hotel mejor recomendado por TripAdvisor en Internet: el Holiday Inn Central Plaza Beijing (http://www.ichotelsgroup.com/h/d/hi/1/en/hotel/pegpl;jsessionid=ZL0IIYDH0HRTECTGWAJSJ0QKM0YBIIY4?firstpoint=dcb1&_requestid=270767 ), otra cadena Occidental para sentirnos en casa (que no sirvió de mucho para evitar la desesperación que nos embargó en la capital china). Los comentarios acerca del hotel se concentraban más que nada en su ubicación central y en su “joya secreta”, el Sr. Storm Li, Concierge del hotel! Todos los huéspedes coincidían en sus comentarios acerca del excelente servicio y dedicación de esta persona para atender a los visitantes, haciéndo arreglos para visitar las atracciones locales o recomendar la mejor forma de ver la ciudad!. Tanta maravilla descrita acerca del Super Concierge fue suficiente para convencerme de reservar dicho hotel y contactar al Señor Li vía correo electrónico, para solicitarle nos arreglara los traslados entre el Aeropuerto de Beijing y el hotel. Storm respondió casi de inmediato, confirmando que una persona nos esperaría a la salida de Equipajes con un rótulo con nuestros nombres, cosa que nunca sucedió!!!

Al salir de la zona de reclamos de equipajes en la terminal doméstica de Beijing, vimos millares de personas esperando a pasajeros con rótulos en todos los idiomas imaginables, pero nuestros nombres brillaban por su ausencia! Dimos varias vueltas para asegurarnos no haber perdido de vista nuestro rótulo, pero nada! Después de media hora de espera nos convencimos que no habían llegado por nosotros! Puntos menos de entrada para el tan afamado Concierge!!! , sobre todo que ahora teníamos otro problema: no contábamos con la dirección del hotel escrita en mandarín para simplemente tomar un taxi!

El pánico cundió momentáneamente, y empezamos a buscar alternativas. Las chinas mal encaradas de atención al cliente daban como solución un transporte privado de 400 Yuanes (como US $53.00), mientras que Lycenia encontró una especie de “shuttle” que nos llevaba al centro por la módica suma de 20 yuanes por cabeza (como US $2.63 c/u), pero que nos dejaría en algún lugar desconocido de la ciudad, donde de todas formas tendríamos que tomar un taxi sin tener la dirección en idiogramas chinos.... En ese momento de crisis mental, decidimos finalmente tomar el toro por los cuernos e hicimos la fila para tomar un taxi del Aeropuerto... lo peor que nos podría pasar era recibir una negativa con la cabeza! Por suerte nuestro taxista chino fue muy práctico y sencillamente vió el número de teléfono del hotel a la par de nuestra dirección en caracteres occidentales, con lo cual llamó por celular al hotel y consiguió la dirección. El resultado? Una carrera de una hora entre el Aeropuerto y el hotel, cuyo taxímetro marcó 125 Yuanes (como 16 Dólares). Nada mal, eh?

A todas estas íbamos con el mal sabor de boca con el supuesto Sr. Li por habernos dejado varados en el Aeropuerto! Teníamos toda la disposición de hacer un reclamo formal! Con lo que no contábamos era que al llegar al hotel, sin ni siquiera habernos bajado del taxi, apareció uno de sus empleados, impecablemente vestido y nos dijo en inglés: “Sr. Avila? Quiero disculparme por el mal entendido. Su transporte llegó al Aeropuerto muy tarde pues teníamos errados los datos de su llegada”.... Era Storm Li en persona!!!
Cómo sabía que nosotros eramos los pasajeros en desgracia? Ni idea! Lo más probable es que estuviese en la puerta del hotel preguntando “Sr. Avila?” a todo el que llegaba en taxi con la directa intención de hacer check-in en el hotel.
Su gesto de estar esperando en la puerta, más las disculpas del caso como bienvenida, nos hizo que bajáramos la guardia, dándonos por servidos ante el agravio, considerándo darle a nuestro Concierge una segunda oportunidad! Quedamos de acuerdo para reunirnos al día siguiente a las 09:30 de la mañana para que nos ayudase a hacer nuestros arreglos de viaje hacia la Gran Muralla y para darnos muchos tips para hacer más grata nuestra estadía!

No hay comentarios:

Centro Europa 2006