domingo, 28 de octubre de 2007

La Piazza di Spagna y la Fontana di Trevi

El autor y su mama en la Piazza di Spagna

Aziyadeh y Mabel con las azaleas de la Scalinata della Trinita dei Monti

La Iglesia de la Trinidad del Monte entre los arbustos

Aziyadeh y Mabel frente a la Fuente de Trevi

Durante nuestra visita al Vaticano, en nuestro primer dia en Roma, el ayuno no era un factor importante para el perdón de nuestros pecados aunque estuvieramos en la Casa Matriz del Mero Mero, pues prácticamente eran las 2:30 de la tarde, y por lo menos mis jugos gástricos estaban completamente alborotados. Así que obligué a las señoras a marcharse de la Basílica bajo la amenaza de dejarlas por su cuenta si no me permitían la satisfacción básica de comer. Y así caminamos a los lados de los Museos Vaticanos, hasta llegar a la “Piazza del Resorgimiento”, donde el primer agujero de la pared con la palabra “pizza” sobre su puerta pudo suplir nuestras necesidades, obviamente sin esperar módicos precios ni buena calidad. Era una comida de subsistencia, pero como barriga llena y corazón contento, pues podíamos seguir a donde quisieran! El guía ya no estaba en huelga!

Tomamos desde ahí la Vía Ottaviano, con dirección hacia el Metro Ottaviano, para así desplazarnos hacia otra parte de la ciudad. Era interesante para mi tener tantos recuerdos frescos de la ciudad, y posiblemente con cosas inocuas, pero únicamente en las 4 cuadras de Vía Ottaviano pudimos ver la tienda de corbatas “Andrew’s Ties” (hechas en Milán a pesar del nombre, http://www.andrewsties.com/ ), la tienda de ropa “Chopin” donde Lycenia se comprara su blusa negra de puntos plateados sumamente discretos (que parecían más el firmamento estrellado que otra cosa) y que le sirviera de atuendo para ese Año Nuevo y la tienda de ropa de hombre donde me comprara un abrigo de invierno color camello, que Lycenia cariñosamente bautizara como “el chucho”, y que Samer bautizara posteriormente como “el peluche”, y que no solo fue comprado en Roma, si no que regreso conmigo a Roma en el 2004, y se quedó en Barcelona para que según yo Samer no sufriera las inclemencias del invierno, pero como adelgazó tanto le quedaba como carpa de circo! Al final al peluche terminó en las manos de un colombiano (muy apropiado para la historia) al que le quedó como anillo al dedo, después que le dijera a Samer que no me lo llevara de regreso a El Salvador. Pequeños detalles, pero para mí, infinidad de recuerdos.

Tomamos la línea A del Metro de Roma con destino hacia Anagnina, para bajarnos cuatro estaciones más tarde en “Spagna”, y así llevarlas a nuestra siguiente atracción romana: “La Piazza di Spagna” (llamada así pues la Embajada de España en Italia estuvo ubicada ahí durante mucho tiempo) y donde se encuentra la “Scalinata della Trinita dei Monti”. Quienes han visto películas como “Roman Holiday” con la Audrey Hepburn, “The Talentous Mr. Ripley” con Matt Damon y “National Lampoon’s European Vacation” con Chevy Chase, podrán reconocer las escalinatas transversales que llevan hacia la Iglesia de la Trinidad del Monte, las cuales escalamos para poder observar la espectacular vista de los techos y cúpulas de Roma desde los pies del Obelisco egipcio (sí, otro) ubicado al llegar al final de los escalones. Por ser primavera, habían puesto muchos jarrones con azaleas de todos colores, dando un toque muy floral a nuestra visita al lugar, y habían cientos de personas sentadas a lo largo y ancho de las escaleras, únicamente viendo pasar la gente y disfrutando a su propio ritmo la dolce vitta romana.

Caminamos luego por diversidad de callejuelas para llevarlas a un punto que ningún visitante de Roma se debe perder, pues es su visita obligada. Claro, ellas no sabían para donde las llevaba y aprovechándo que entrabamos a las espaldas del monumento, por lo menos unos 50 metros antes les pedí que confiaran en mí, cerraran sus ojos, se tomaran de mis brazos y que caminaran conmigo con sus ojos cerrados. Yo las iba a guiar...
Abran sus ojos... Voilá! Con ustedes, “La Fontana di Trevi”, donde Anita Ekberg decidía tomar un baño en la película “La Dolce Vita” de Fellini (http://www.youtube.com/watch?v=_99e25pmd5c) . La Fontana di Trevi fue construída en 1762 por Nicola Salvi, como parte de un concurso para embellecer la ciudad, y dejó para nuestros ojos un imponente conjunto de esculturas de piedra simbolizando múltiples elementos de la mitología marina greco-romana, con un inmenso Neptuno al centro, rodeado de dos tritones y múltiples criaturas de mar. El lugar es uno de los más espectaculares conjuntos que he visto en mi vida.

Digánme supersticioso si quieren, pero no se puede ir a Roma sin tirar una moneda en su interior, haciéndolo de espaldas a la fuente, y todo esto para garantizar el regreso a la ciudad. Y pues yo seguiré creyéndolo, ya que en el 2002 la tiré y regresé en el 2004, para volverla a tirar y regresar en el 2005 cuando vaníamos de Estambul y teníamos que tomar un tren en Roma con destino hacia Nápoles, y en vez de pasar 6 horas sentados en la estación “Termini”, pues ocupamos nuestro tiempo en caminar hasta la Fuente, tirar nuestra moneda, cenar una pasta medio regularona en una trampa para turistas y regresar a tiempo para tomar nuestro tren hacia el Sur de Italia. Esa última tirada me trajo de nuevo en el 2007, así que siguiendo la premisa, será que regresaré en el 2009?
La verdad es que es parte del ritual. Lo que no sabía es que supuestamente se tiran tres monedas en la Fuente, una para garantizar el regreso a Roma, la segunda para conseguir novia(o) romana(o) y la tercera para casarte en Roma (haber sabido antes, jajaja!)

1 comentario:

alassleves dijo...

pues parece que no volveré a roma, sólo he estado una vez, en 1997, compre sorbetes en la sorbeteria de al lado, y ya iba con mis tres moneditas, pero de pronto me sentí ridículo turista, quizás porque andaba solo, que si alguien me hubiera hacho gallo...me hice el de los panes y me perdí por roma...
ni modo...eso si ese año estuve por primera vez en paris y pise el dorado km 0 frente a notre dame, pero que diferencia va de simplemente pararse en algo, al dramón de trevi...y volví a parís en 2000 y tuve cuidado de pisar de nuevo, el km0...así que parís me espera...y no soy supersticioso...

Centro Europa 2006