domingo, 10 de junio de 2007

EL CONDOR PASA - Sobrevolando las lineas de Nazca - Tercera Entrega






Soy fresa? Bueno pues al fresa se le bajó la fresada durante ese fin de semana... Nos subimos a la parte de atrás del pick-up,(del cual al bajarme tenía las nalgas negras por la suciedad del vehiculo, combinación del calor, lluvia y arena del desierto) junto con el chico pelirrojo que nos había ofrecido el aventón hacia el Oasis de la Huacachina.

El chico pelirrojo era originario de Ica y se dedicaba a correr buggies en el desierto para darles nuevas experiencias a los turistas... Básicamente es como subir en una montaña rusa constituida de dunas... Decidimos que había ya demasiadas piruetas para un día y mejor no explorar esa posibilidad... El chico se llama Pepe y nos contó que se iba a vivir a Francia dentro de muy poco tiempo. Se acaba de casar con una francesa, y del desierto de Ica se va a vivir a Perpignon, muy cerca de la frontera con España (super cerca de Barcelona) y estaba sumamente emocionado de comenzar una nueva vida en el primer mundo (otro que se convirtió ya en ciudadano del mundo!)

Llegamos al Oasis al cabo de unos 15 minutos... Y realmente era como un espejismo en medio del desierto... Palmeras, dátiles, un lago y... casas, restaurantes, cafés y ventas de souvenirs a su alrededor. El lugar está rodeado de dunas gigantescas, que hacen del lugar algo más impresionante. El desierto siempre me ha llamado (algo heredado de una vida pasada cuando fui beduino) y me sentía ahí en mi salsa... Caminamos hacia el lago y ahí nos tomamos unas fotos con una lancha retratada al fondo, cuyo nombre “Titanic” realmente no invitaba a dar una vuelta sobre ella. El agua se veía de un color marrón sucio, pero a pesar de eso habían muchas personas bañándose, o en lanchas, o en las bicicletas de agua con pedales. Yo preferí mantenerme en tierra firme e ir a comer algo urgentemente!

Fuimos al restaurante de un hotel viendo el oasis y las dunas y he disfrutado la comida como si hubiese cruzado el desierto a pie... Y como sobremesa, mi intención original era escalar esas dunas y sentirme como Lawrence de Arabia! Claro que mi indumentaria de turista (sandalias de cuero) no eran las apropiadas, pero a pesar de eso camine a la par de las riveras de lo que podría ser el Nilo para adentrarme al desierto (lleno de turistas, más que todo locales).

Las dunas y el desierto que se extendía a lo lejos hacían del lugar algo sumamente extraordinario., y el oasis abajo parecía realmente un espejismo en el medio de la nada. Como buen turista me tomé los retratos de rigor, sintiéndome como un Indiana Jones, descubriendo un nuevo universo.
Bajamos las dunas y Fabricio prefirió algo más civilizado, y se dio un chapuzón en la piscina del hotel, en lo que yo dormitaba en una haragana a la orilla de la piscina. Algo interesante es que comenzó a llover... Si en el desierto llueve, porqué es desierto? Bueno no me voy a meter en clases de geología por el momento.... Llegó la hora de regresar y después de comer un helado, abordamos nuestro Daewoo Tico con destino a la terminal de buses, y deseando que hubiese un directo, pero con tanta mala suerte que ya se había ido el último bus directo con destino a Lima... Así que teníamos que tomar nuevamente el lechero, pero esta vez conseguimos el de “Clase Ejecutiva” al módico precio de 5 dólares por cabeza (interesantemente dos dólares más barato que el de la madrugada) , que tenía más espacio para las piernas y dónde proyectaron dos películas (Volver al Futuro 2 y 3), así que pasé entretenido mi regreso, a pesar que paró en los mil y un pueblos también.
Salimos de Ica a las 0500PM y llegamos a Lima a las 0930PM! Por supuesto que el lumbago me estaba matando y todos los órganos internos se cambiaron de puesto a la ida, reacomodándose en su lugar al regreso.

La noche limeña llamaba! Pero la cama y el descanso llamaron más. De todas formas tenía que salir temprano a abordar mi avión hacia Caracas.
Fue una odisea interesante mi viaje a Ica, a las líneas de Nazca y al Oasis de la Huacachina, me permitió comprobar: a) que no soy tan fresa como parezco, b) que un viaje de negocios se puede perfectamente mezclar con placer y c) que la vida es para vivirla y la mejor forma de hacerlo es viajando y conociendo.
Para finalizar, creo que la moraleja de esta historia va para todos... Aprovechen, conozcan, visiten, solos o con amigos... Si van por trabajo a alguna parte, hagan el intento de conocer el lugar. Si están casados, hagan el intento que su conyugue llegue por el fin de semana, y si están solteros reúnanse con amigos o amigas, locales o extranjeros... Pero háganlo, que estas experiencias son más gratificantes que la rutina que siempre tenemos y que estamos acostumbrados a tener. Oportunidades vienen... Utilícenlas y gocen de la vida al máximo.

Por último (hoy si, lo prometo), me gustaría escribirles una vez por semana con historias de todo tipo... Y a pesar de viajar mucho, mis historias no alcanzan para mantener entretenida a la audiencia... Así que les pido me cuenten sus filosofías de viaje... Sus experiencias al viajar... Sus viajes, y prometo plasmarlas en el cyberespacio para compartirlas con la humanidad y entusiasmar a otros en el arte de viajar y filosofar.

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Centro Europa 2006