sábado, 15 de noviembre de 2008

Los Yuyuan Gardens en Shanghai


El primer día completo en Shanghai lo utilizamos para ver la metrópoli, la ciudad moderna, la fantasía urbana que la China “comunista” ha creado como una imitación muy espacial de Occidente! Esa civilización moderna que podemos encontrar en cualquier parte del mundo, y que no impresiona para nada a Lycenia.... Ya habíamos conversado con ella que el segundo día nos dedicaríamos a explorar la China milenaria, y ver un poco más de su cultura, de su religión y de sus costumbres, y fue así como planificamos pasar el día en los Yuyuan Gardens y los bazares a su alrededor, para experimentar un poco esa paz que transmite el famoso feng-shui chino.

Nos trasladamos en nuestro taxi matutino hacia el área de los Jardines Yuyuan, y en menos de veinte minutos estábamos ya deambulando por los bazares del Yu Garden (ver fotografías en el blog), que resultaron contener tiendas relativamente modernas en estructuras al estilo antiguo... Los bazares han sido construídos utilizando el modelo típico de construcción de la China Imperial, aunque en su interior podemos encontrar desde tiendas de artesanías, pasando por ropa, electrodomésticos, perfumes, cometas, telas y hasta muñecas, artículos de cobre, joyerías, zapaterías y supuestas tiendas de antiguedades. En fin, típico bazar. El lugar es inmenso y es sumamente fácil perderse por su forma de laberinto. Prácticamente estuvimos ahí desde las 11:00 de la mañana, hasta las 5:00 de la tarde, claro que con “breaks” de por medio para poder disfrutar la caminata y la experiencia. Los bazares en sí tendrán el tamaño equivalente a unas diez cuadras, las cuales recorrimos de punta a punta, aunque nuestras compras fueron limitadas por áquello el regateo, el cual no es nuestro fuerte. Eso sí, antes de comenzar la caminata, hicimos parada técnica en el “Starbucks” por un café, dando gracias a Dios por la globalización que nos permitía tener un gusto conocido, y donde además aprendimos que hay “Cosmopolitan”, “GQ”, “Vogue” y todas esas inocuas revistas de moda occidentales, pero escritas completamente en chino y hasta con modelos de ojos rasgados en sus páginas centrales, para incentivar el consumo de bienes de lujo a toda esta nueva clase media emergente.

Posteriormente procedimos a ingresar a los Yuyuan Gardens, localizados practicamente a un costado de los bazares, dentro del centro antiguo de la ciudad de Shanghai. Los jardines son considerados como uno de los mejores en toda China. Los Yuyuan Gardens fueron creados originalmente alrededor del 1559 como jardines privados de un alto oficial de la Dinastía Ming, y en el transcurso de los siglos han sufrido invasiones, guerras y deterioros, quedando en un estado muy deplorable tras la ocupación japonesa de 1942 en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de Shanghai los restauró entre 1956 y 1961, abriéndolos ese año al público general y declarándolos monumento nacional en 1982.

Los jardines cuentan aproximadamente con 2 hectáreas de terreno y permiten una caminata sumamente relajante (ver fotografías en el blog), alejados del mundanal ruido de la civilización moderna, como un oasis de tranquilidad en medio del caos urbano. Nuestra caminata nos permitió ver estanques, esculturas rocosas, pabellones, plantas nativas, peces dorados del tamaño de tilapias (Lycenia hubiese gustado de saborear uno a la parrilla de tan grandes que eran), cavernas y lagos artificiales, jarrones antiguos, esculturas en forma de dragón, y en fín, todo el arte de la jardinería china en su máximo esplendor! Claro que para un tipo hiperactivo como yo, tanta tranquilidad se puede convertir en desesperación y a la hora y media ya quería buscar nuevamente el caótico ruido de la fantasía urbana, aunque antes de huir hicimos una parada técnica en la antiquísima Casa de Té Huxinting, pues nos habían afamado el té y su ritual. Huxinting se encuentra ubicada en un elaborado pabellón en el centro de un lago artificial dentro de los Jardines, y reposa a manera de isla, conectado a “tierra firme” a través de puentes de madera en forma de zig-zag, los cuales han sido construídos así para confundir a los malos espíritus, quienes únicamente pueden conducirse en línea recta.

Me gustaría dar buenas referencias acerca del ritual del té. El té en sí estaba muy bueno. Probamos té verde y de jazmín, pero el proceso de preparación y las explicaciones a su alrededor me parecieron sumamente escuetas. Las chinas se veían como fastidiadas de estar repitiendo el proceso una y otra vez a turistas occidentales, lo cual considero una lástima pues es una excelente oportunidad para compartir su cultura con el exterior (aunque lamentablemente los chinos quieren imitar a Occidente, perdiendo poco a poco sus costumbres milenarias). Me imagino que esperaba una ceremonia más parecida a la japonesa y menos comercial, y probablemente eso se puede encontrar más en el interior de China y no en las grandes ciudades.

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