domingo, 24 de febrero de 2008

Almuerzo mediterraneo en Ciudad de Panama

De compras en el Mercado de Mariscos en Panama

Eso es almorzar con estilo!!!

Almuerzo mediterraneo en casa de los Miranda-Bullo

Con Geraldine en la terraza de su apartamento en Panama


Así que el sábado 19 de mayo, después de dormir hasta tarde en mi resistente cama inflable (por lo menos no amanecí en el suelo como en Nueva York una vez en casa de Morena) fuímos a buscar el famoso mercado de mariscos, para lo cual tomamos la Avenida Balboa y antes de entrar a la calle que conduce al Casco Viejo lo pudimos visualizar a mano izquierda, junto al mar. El mercado es relativamente pequeño, tal vez comparándolo con algunos mercados que he visto en mi país, pero considerando que su especialidad son pescados y mariscos, pues me imagino que el tamaño es sumamente adecuado.... Ya los Miranda-Bullo me habían advertido que el consumo de mariscos en Panamá es sumamente bajo, algo que me sorprende por su ubicación entre dos oceános! Sin importar el tamaño del mercado, pues ahí nos encontrábamos recién bañados y perfumados, caminando entre la diversidad de olores de mar, a los cuales nos tuvimos que acostumbrar casi de inmediato para no pecar de “posh”. Muy interesantemente habíamos decidido ir en shorts y sandalias, por áquello del húmedo calor del trópico, sin predecir que nos encontraríamos en un mercado con pisos mojados, donde el agua de mar, la sangre y no se cuantos otros líquidos más serían parte integral de n uestra visita. Al que la quiere celeste, que le cueste... Los niños tenían antojo de mariscos y pues a veces tenemos que pagar el precio de nuestros propios deseos.

Otra cosa que no anticipamos de nuestro viaje al mercado era “dónde comprar”? Cómo asegurarnos que los mariscos sean frescos y que nos den un precio adecuado? Y a pesar de ser un local pequeño pues había una cantidad no despreciable de puestos, por lo que decidimos, en nuestra ignorancia de cómo comprar en el lugar, dar una vuelta y seguir nuestras corazonadas de dónde comprar... Nos decidimos por el puesto 37, probablemente por la variedad de productos y por la sonrisa de sus vendedoras, dos regordetas y muy joviales panameñas. El marisco era sumamente barato!!! La libra de camarones jumbo frescos: US $5.50; la libra de pulpo entero: US $3.50; la libra de calamar redondo: US $2.50; A mí me pareció barato, claro que nunca he ido al Puerto de La Libertad en El Salvador a comprar mariscos, así que no tengo idea de los precios, pero si lo comparo con la libra a US $12.00 de camarón jumbo en el Supermercado La Despensa de Don Juan, obviamente que lo sentí barato!!! Media libra de camarones, media de pulpo, media de calamares (Sí, teníamos hambre, no habíamos desayunado). Nuestra siguiente parada fue el supermercado para conseguir todos los demás ingredientes para mi pasta mediterránea.

La receta? Camarones, pulpo y calamares frescos, fritos en aceite de oliva, albahaca fresca, curry y pimienta gorda molida... Esto se hace aparte. La pasta es pennini del más pequeño, el cual al sacarlo del agua se le pone mantequilla (de la de verdad), tomates cherry cortados en cuatro para que se hagan más pequeños, mucha albahaca fresca, aceitunas rellenas de anchoas, queso feta o azul, todo lo cual se mezcla muy bien con la pasta, y al final se le agrega una pasta preparada de aceitunas negras (muchas veces se encuentra ya lista en el supermercado) y los mariscos. Y Voilá! Todo el sabor del mediterráneo en un solo platillo!....Y claro se debe acompañar con cava para realmente tener todos los sabores de la costa catalana, italiana o griega en nuestros platos!

Almorzamos como los ricos y famosos, brindando con vino espumante y viendo desde el comedor de los Miranda la espectacular vista de la Bahía de Panamá, con sus barcos, su Causeway de Amador, su Punta Paitilla y su Casco Viejo. Qué más se le puede pedir a la vida para un día sábado por la tarde? En un mundo donde los rascacielos se pelean por tener una vista de primer impacto y donde el mundo corporativo se los ha permitido a mis amigos? Una buena opción fue sentarse en el balcón del apartamento y ver la gran diversidad y cantidad de edificios y rascacielos de una industria de la construcción virtiginosa, que me sorprende para un país de únicamente tres millones de habitantes, donde hasta Donald Trump está haciendo un edificio inspirado en el famoso Hotel Burj Al Arab en el Golfo Pérsico (para ubicarlos, es el de Dubai, el que tiene forma de barco de vela)... Muchos explican este fenómeno del boom de la construción como una gran lavandería de dinero, pues se construyen torres de apartamentos de lujo para un mercado limitado. Quién los compra? Serán realmente los baby-boomers que comenzaron a retirarse y están vendiendo sus mansiones en Kentucky y Dakota del Norte para buscar climas más templados? A mi no me consta nada, así que cada lector tendrá que emitir sus propias conclusiones! Y filosofando en estos pensamientos comenzó a caer el atardecer sobre la pequeña Manhattan de centro del continente.

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Centro Europa 2006