miércoles, 5 de diciembre de 2007

El Cerro Capitolino y el Foro Romano



Ay recuerdos!... Si apenas vamos en nuestro primer día en Roma... Me tengo que apurar si no llegaremos al 2008!... Eran las 6:00 de la tarde y teníamos que caminar un largo trecho para descubrir donde es que tomábamos el bus “cortesía” que nos llevaría de regreso al Holiday Inn Parco de Medici... Tenía una leve idea de donde salía, pero no podíamos darnos el lujo de perder el bus de la tarde (no era muy grata la idea de regresar de noche a la estación de tren que ya de por si estaba vacía al mediodía), así que comenzamos a caminar en dirección a la Piazza Venezia para tomar la Via del Teatro di Marcello, calle que sería como nuestro segundo hogar durante los días venideros por todas las veces que la recorrimos.

El punto de encuentro para tomar el bus era el Bar “Anticco Café” , un establecimiento muy desvencijado y que tenía en su exterior unos murales de la Vírgen María de tiempos de los primeros cristianos. Eran apenas las 06:30PM... Teníamos una hora para esperar el transporte del hotel.... así que decidimos sentarnos en la terraza del lugar, admirando la vista del “Teatro Marcello” que quedaba al cruzar la calle, que es más pequeño que el Coliseo Romano, pero que tenía la capacidad para 11,000 espectadores.... Y en honor a la Antigua Roma nos tomamos unas cervecitas, cuyo precio aprendimos a valorar posteriormente cuando vimos la barbaridad que cobraban en el hotel por agua, cebada y lúpulo. Y creo que nada en ese hotel era barato, excepto por el precio de la habitación, la cual era una ganga; pero ya hubiese sido el colmo que no fuera una ganga considerando la ubicación tan remota que el hotel presentaba a sus huespedes.... Y claro, esa noche descubrimos que el desayuno no estaba incluído, si no que teníamos que pagar la módica suma de 20 Euros por cabeza!, ante lo cual decidimos que era mejor desayunar en la ciudad, y por lo menos así fue en el segundo día de nuestra incursión por la ciudad.

Para desayunar, optamos por un Café ubicado en el Monumento a Victor Emmanuel II, una enorme estructura que se levanta en el corazón de Roma, en Piazza Venezia, a pocas cuadras de donde el bus del hotel nos dejaba en nuestras visitas a la ciudad. El monumento fue construido en homenaje al primer rey de una Italia unificada entre 1885 y 1925, y su construcción causó una gran controversia pues bloqueó por completo la vista de la Antigua Roma desde el centro de la ciudad. Los romanos lo llaman con desprecio “el pastel de bodas” o la máquina de escribir” por su tamaño descomunal. Claro, si se está en su parte superior tomando un cappuccino y una crostata de fresa, y admirando lo que queda del Coliseo romano, el resultado para los sentidos es fenomenal.
Ahí fue nuestro punto de partida para visitar la ciudad imperial... Es una caminata muy fácil hacia la Piazza del Campidoglio, ubicada en el Cerro Capitolio. Esta plaza fue diseñada por Miguel Angel en 1536, quien le diera una forma de trapecio en donde se conjugan el Palazzo dei Conservatori, el Palazzo Senatorio y el Palazzo Nuevo y donde se accede a través de la Cordonata, unos largos escalones de granito, con monumentales estatuas clásicas de Castor y Pollux en la entrada de la Piazza. En su centro se ubica una estatua ecuestre de Marco Aurelio, en honor a los césares romanos.... A su lado izquierdo se ubica una estatua miniatura de Rómulo y Remo amamantados por una loba, fundadores de la ciudad de acuerdo a la leyenda.

Qué mejor lugar para comenzar a explorar el Foro Romano, el cual era el centro político, económico, judicial y religioso de la Antigua Roma. Sus edificaciones nos dan una leve idea de la grandeza del Imperio y fácilmente se puede recorrer en unos cuarenta minutos, visitando las ruinas de los templos de Saturno y Vespaciano, el Arco de Séptimo Severo y mi favorito, el Templo de las Vestales, una estructura redonda dónde seis vírgenes vestales tenían la labor de mantener encendida una llama eterna en honor a Vesta, la diosa de la tierra. Las pobres vestales pertenecían a las familias más nobles de la ciudad y eran las únicas sacerdotizas en toda Roma. Tenían que dar servicio por treinta años, tiempo en el cual debían permanecer vírgenes (que aburrido) para rendir homenaje a la diosa: tenían 10 años de aprendizaje, 10 de participación activa y 10 de profesorado para las nuevas generaciones de vestales... Posteriormente se podían casar y hacer lo que quisieran (a la vejez viruelas)... Mabel me dijo que se sentía identificada con el lugar, y claro, no quize ahondar en sus comentarios... ;-)

Un dato práctico del Foro Romano y de toda la ciudad es que había muchas fuentes donde nos podíamos refrescar del intenso, caliente y extraño sol primaveral, y claro tomando en cuenta que el agua de Roma es completamente potable, ya que viene desde las montañas, utilizando acueductos y mecanismos que datan de epocas innombrables!, y de todas formas si no confían en mis consejos, al salir de las ruinas, al salir por el Arco de Tito, hay una gran cantidad de vendedores ambulantes con agua embotellada muy fría a 1 Euro cada una (interesantemente el precio más barato que conseguimos en la ciudad, aparte por supuesto de un supermercado mal puesto que un día nos hallaramos).

Nuestro recorrido nos llevó directamente a una de las principales atracciones en Roma: El Coliseo... El más grande anfiteatro del Imperio, comisionado por el Emperador Vespasiano en el año 72 y donde se llevaban a cabo los combates a muerte de los muy famosos gladiadores y las luchas con animales salvajes para entretener a más de 55,000 espectadores! (más grande que el Estadio Cuscatlán en San Salvador, cuya capacidad es de apenas 39,000). En esta ocasión no visité su interior, pues ya lo había hecho con Samer en el 2004, aunque las señoras regresaron posteriormente por su cuenta a rendir culto al entretenimiento de masas de esos tiempos dorados. Yo llegué a la conclusión que las atracciones en Italia tienen dos tipos de cola para ingresar a sus premisas: “la cola que nunca termina” que es la de los Museos Vaticanos, pues se extiende por cuadras y cuadras, y “la cola que nunca se mueve” que es la del Coliseo, pues a pesar de ser muy corta, en mi primer viaje pasamos 40 minutos en línea y nunca se movió, hasta que decidimos aprovechar el tiempo en algo más productivo.... Con Samer tuvimos suerte de ver una cola de como 10 personas, la cual tomó más de 10 minutos para moverse...Ah! Y dato importante! En la parte de atrás del Coliseo, hay baños públicos gratuitos... y limpios!

Decidimos regresar al centro a través de la Via dei Fori Imperiali, que conecta el Coliseo nuevamente con la Piazza Venezia, y que si tienen suerte de pasar por ahí un día domingo pues la encontrarán convertida en una ciclovía, lo cual permite no solo caminar libremente por la calle si no les obsequia con magnificas oportunidades para fotografiar el Coliseo sin tráfico alguno... Cabe destacar que hay muchos hombres y mujeres disfrazados como soldados romanos (mi mamá y Mabel atacadas, pues decían que las mujeres debían usar únicamente una toga, pues no existía tal cosa como mujeres soldados) con quien pueden tomarse una foto con el Coliseo de fondo... pero OJO que les cobrarán la módica suma de 10 Euros por cada disfrazado en la foto (cosa que aprendimos por tratar de quedar bien con nuestros clientes dos días más tarde).

1 comentario:

alassleves dijo...

porqué son "innombrables" las épocas de que datan los acueductos y mecanismos que llevan el agua a roma?

Centro Europa 2006