miércoles, 22 de octubre de 2008

Fantasia Urbana en El Salvador

Si, lo se. Había desaparecido casi por un mes del mundo cibernético, así que no se pueden quejar mis lectores a la fuerza, ya que les he dado un descanso visual a mis “no-solicitadas” historias. La razón de no haber podido escribir se debe a dos factores primordiales: de repente de me duplicó el trabajo en el mundo corporativo cuando una compañera se fue de maternidad y además llegó la época navideña en todo su esplendor con todos los compromisos sociales que eso conlleva. Pero heme acá tratando de poner al día nuestra historia, además de como siempre compartir con ustedes algunos de mis superfluos pensamientos de buena filosofía de la calle de un hombre de clase media que trata de emular a un ciudadano del mundo a través de sus experiencias de viajes, y quien trata de compartir esas historias con un público cibernético que no se sabe si de verdad lo leen o lo envían directamente a los “deleted items” (ja!). En esa emulación de ciudadano del mundo me he dado cuenta que cada día me hago más “cholleta” (traducción: que se me están cayendo los tornillos poco a poco) y llegué a finales de noviembre a la conclusión que he creado en San Salvador una especie de “fantasía urbana”.

OK... Ya estarán diciendo, hoy si se le cayó uno más!

Traté de buscar en Internet si existía alguna definición concreta de dicho término, pero solo lo encontré como un género de película que combina la ciencia ficción con la infraestructura del mundo urbano moderno (tipo “The Matrix”). Ante la carencía de una definición “oficial” cibernética, pues compartiré con ustedes mis impresiones mentales al respecto (“realmente tenemos opción?”).... Con “fantasía urbana” me refiero a una serie de lugares, eventos, restaurantes, grupos de personas, paseos y rutinas que sin querer diseñé para darme la impresión de vivir en algún lugar del mundo donde realmente están pasando cosas. Y como una vez mencioné en estos mismos escritos, vivo a veces en San Salvador como si fuera un ex-patriado en mi propio país, muchas veces alejado de la familia, como un ser demasiado independiente para el gusto de mucha gente y que siempre se sale con la suya, así que no es extraño que trate de gozar lo más “internacional” que la ciudad me puede ofrecer. Pongamos el ejemplo más obvio: Mai Thai.... Mi buen amigo Jacobo me dijo hace unos meses cuando conoció el lugar que en ese momento estaba entendiendo mis escritos, pues el lugar era como un rincón del mundo en El Salvador.... Jacobo, esa es la mejor ilustración que me has dado de lo que considero como fantasía urbana. En esa categoría califican lugares como La Enoteca, el Museo de Arte con su Café Punto, la misma Ventana, el Cafe Sunzal, entre otros... La revelación acerca del término llegó con un Bombay Martini en mano conversando con Nelson y Luis dentro del mismo Mai Tha... Y claro, pensaran al igual que el servicio secreto que fue bajo la influencia de la sustancia estimulante y embriagante, pero fue más bien como una revelación de porqué me mantengo dentro de los mismos lugares, que son como mis zonas de comfort, pero donde todos son bienvenidos!

La revelación llegó casi al mismo tiempo que la penúltima semana de noviembre del 2007, la cual, aparte de demasiado Mai Thai, trajo: una cena de gala de Royal Caribbean, la cena de Acción de Gracias, la cita perfecta (con una amiga, así que fue casi perfecta), y la fantasía urbana en su máxima expresión a través del evento Centroamérica Moda en los jardines del Museo de Arte (MARTE), donde la luminaria de la noche fue la diseñadora salvadoreña Francesca Miranda, quien montó un desfile de modas de calidad mundial, al estilo de las pasarelas en Milán y presentar su colección masculina primavera/verano 2008, y sus espectaculares trajes de noche en la colección femenina. Los demás diseñadores de la región no mostraron nada precisamente original o innovador, y la calidad de las prendas daba mucho que desear. Anyway! Al terminar el desfile, decidimos ir a comer a Mai Thai, que era la alternativa más decente a las hamburguesas a esa hora (1045PM) y cual fue nuestra sorpresa que el “after-party” del evento era ahí mismo, así que terminamos en medio de las modelos y los diseñadores, y a un paso de sentarnos en el VIP con Rebeca Dávila, quien ya nos había ofrecido presentarnos a la Lupita Jones, ex-Miss Universo mexicana, pero que prudentemente decidimos no aceptar para no estar de metidos en medio de las platicas inocuas del mundo de la moda. Esto señores es a lo que me refiero con la fantasía urbana!

Y no voy a entrar en detalles acerca del mes de diciembre, pues nunca terminaríamos, aunque si voy a enumerar la serie constante de eventos, incluyendo el recital de mi mamá en la Alianza Francesa, el “Bring a Friend” en Vittorio’s, el concierto de Timbiriche, la reunión navideña de la Cofradía del Eterno Gozo, un total de tres cenas en casas de amigos para celebrar la Navidad, tres celebraciones de cumpleaños (dos fiestas en la ciudad y una barbacoa en “La Hacienda”), la llegada de mi prima de Australia y la inauguración del nuevo edificio de TACA en Santa Elena (que eso si fue una completa fantasía urbana, con faunos y hadas recibiendo a la concurrencia y fuegos artificiales como toque dramático). Y claro que es normal que haya muchos eventos en esta época del año, y probablemente son mucho más usuales e intensos si se vive en Nueva York, Vienna, Shanghai, Roma o París, pero en San Salvador los vivimos en una menor escala y con limitantes de infraestructura. Pero lo bueno es que es un San Salvador globalizado, pero donde paralelamente coexiste un mundo donde aún se tiran piedras y palos entre vendedores ambulantes y agentes policiales de la alcaldía capitalina como una lucha eterna por espacio del sector de comercio informal. Nos falta mucho para llegar al estátus de ciudad segura y cosmopolita. Mientras tanto, pues vivamos la fantasía urbana!

Dice Andrés Oppenheimer en su libro “Cuentos Chinos”, que el problema por el que América Latina no despega del tercer mundo es por sus gobiernos de corrupión, donde no importa si son de izquierda o de derecha, liberales o convervadores, populistas o medio fascistas, el resultado siempre es similar: un caos social! En ese mismo libro, Oppenheimer compara nuestras tierras con el ejemplo de la “China Comunista”, la cual se convirtió durante la última década en una nueva potencia económica mundial y en un enorme mercado de consumo para la nueva case media emergente, todo a raíz de una liberalización del capital y de los negocios, que los ha llevado en menos de 5 años a construir una especie de Manhattan en el área de Pudong, con sus rascacielos, centros comerciales y centros financieros. Shanghai no representa ninguna fantasía urbana. Es una ciudad real. Muy real. Solo la película “Ultraviolet” (parte del género cinematográfico de la fantasía urbana que mencioné al principio) se aprovecha de Shanghai como un escenario hollywoodesco para mezclar la realidad urbana con un futuro imaginario sumamente operatico. Fantasía Urbana?

No hay comentarios:

Centro Europa 2006