El Hotel Holiday Inn Central Plaza Beijing resultó ser tan occidental como su nombre. Eso sí, no son los estándares comunes y corrientes de Holiday Inn. Para ser un hotel de US $110.00 por noche, contaba con todas las comodidades principales de una propiedad de cinco estrellas. Las habitaciones no eran tan elaboradas y elegantes como el Crowne Plaza en Shanghai, pero estaba a la altura de un hotel Real Intercontinental en Centroamérica, teniéndo en su haber un piano-bar, un lobby-café, un restaurante-buffet y su propio restaurante chino llamado “Zen”, el cual descubrimos posteriormente que aparte de tener 5 sucursales dentro de China, también cuenta con locales en Londres, Australia y hasta en Ciudad de México!!! (los precios resultaron además sumamente razonables considerando que se encontraba dentro de las premisas del hotel!).
Después de explorar las instalaciones del Holiday Inn, descansar un rato y pagar un Internet a precios de oro en su Business Center, solicitamos un taxi hacia la Plaza Tian’anmen (por supuesto atesorando con anterioridad unas cuantas tarjetitas con la dirección y el mapa del hotel, ya en mandarín!). Llegamos a la plaza en menos de 20 minutos, nada mal si consideramos el pesado tráfico de un jueves al atardecer. El taxista nos dejó en una esquina de Tian’anmen, a donde él le dió la gana (ya a esas alturas nos habíamos acostumbrado a que nos aventaran en cualquier lugar ante la imposibilidad de comunicarnos), con el tiempo justo para ver sol ocultándose tras las imperiales puertas de Qianmen, que se levantaban imponentes enfrente del Mausoleo de Mao Tse Tung (al cual decidimos no entrar, pues si ver películas de terror me quita el sueño por noches enteras, no se diga la impresión que me podría causar el cadáver embalsamado del fundador de la República Popular de China!!! Eso de visitar a Lenin y a Mao me parece de lo más morboso que he escuchado en mi vida!!!).
La plaza Tian’anmen supone ser la más grande del mundo, y se hizo famosa a nivel mundial por sus enormes manifestaciones de militantes comunistas durante la constitución del nuevo gobierno del pueblo, así como por la triste matanza de estudiantes que se diera ahí mismo durante el apogeo de la caída en Occidente de la Cortina de Hierro y el fin de la Guerra Fría.
Tengo que admitir que la plaza es ENORME más no impresionante, si no más bien simple, y el atardecer había atraído a centenas de turistas locales y extranjeros, quienes deambulabamos como hormigas dentro de su inmensidad, contemplando la lenta iluminación nocturna de los rojos tejados de la Ciudad Prohibida, así como el desfile de coloridas cometas en el firmamento, con sus múltiples formas de mariposas y dragones, parte del capitalismo de ventas callejeras que invade la ciudad! Ese fue nuestro primer contacto visual con la verdadera China Imperial!
Después de explorar las instalaciones del Holiday Inn, descansar un rato y pagar un Internet a precios de oro en su Business Center, solicitamos un taxi hacia la Plaza Tian’anmen (por supuesto atesorando con anterioridad unas cuantas tarjetitas con la dirección y el mapa del hotel, ya en mandarín!). Llegamos a la plaza en menos de 20 minutos, nada mal si consideramos el pesado tráfico de un jueves al atardecer. El taxista nos dejó en una esquina de Tian’anmen, a donde él le dió la gana (ya a esas alturas nos habíamos acostumbrado a que nos aventaran en cualquier lugar ante la imposibilidad de comunicarnos), con el tiempo justo para ver sol ocultándose tras las imperiales puertas de Qianmen, que se levantaban imponentes enfrente del Mausoleo de Mao Tse Tung (al cual decidimos no entrar, pues si ver películas de terror me quita el sueño por noches enteras, no se diga la impresión que me podría causar el cadáver embalsamado del fundador de la República Popular de China!!! Eso de visitar a Lenin y a Mao me parece de lo más morboso que he escuchado en mi vida!!!).
La plaza Tian’anmen supone ser la más grande del mundo, y se hizo famosa a nivel mundial por sus enormes manifestaciones de militantes comunistas durante la constitución del nuevo gobierno del pueblo, así como por la triste matanza de estudiantes que se diera ahí mismo durante el apogeo de la caída en Occidente de la Cortina de Hierro y el fin de la Guerra Fría.
Tengo que admitir que la plaza es ENORME más no impresionante, si no más bien simple, y el atardecer había atraído a centenas de turistas locales y extranjeros, quienes deambulabamos como hormigas dentro de su inmensidad, contemplando la lenta iluminación nocturna de los rojos tejados de la Ciudad Prohibida, así como el desfile de coloridas cometas en el firmamento, con sus múltiples formas de mariposas y dragones, parte del capitalismo de ventas callejeras que invade la ciudad! Ese fue nuestro primer contacto visual con la verdadera China Imperial!
1 comentario:
Tian'anmen! Que lección de historia! El poder de UNO! Imponente... China... creo que son casi sinónimos.
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