Estamos ya en nuestro quinto día de viaje por China en nuestra historia, y de hecho, nuestro último día completo en Shanghai... Aunque no tenemos prisa. El jetlag nos tiene despertándonos tempranísimo por la mañana y haciéndonos dormir como lirones desde temprano por la noche! Mi ciclo de animal nocturno está completamente transtornado! Pero muy a pesar de despertar con el alba y tomar el ya completamente repetitivo desayuno buffett del hotel, decidimos descansar durante la mañana... tomar nuestro tiempo para todo... De ser posible pasar un par de horas leyendo a la par de la piscina climatizada del Crowne Plaza... Buena decisión! Nos faltan aún cinco días adicionales por delante! Y le digo a Lycenia: “hoy tomaremos un ritmo tranquilo, y para evitar el lío de los taxis a las 5:00 de la tarde, nos iremos de una vez arreglados para nuestra incursión nocturna por la ciudad”, con lo cual salimos del hotel alrededor del mediodía y con destino hacia el Museo de Shanghai en People’s Park.
Nos conducíamos en nuestro habitual taxi (ya Lycenia se había resignado), observando a los múltiples ciclistas y al caos vehicular de la ciudad, ya casi a punto de ingresar al área de People’s Park, cuando la niña me llamó la atención hacia un rótulo amarillo y anaranjado, muy característico en Centro América, pero que aparecía como una visión irreal o en este caso como fantasía rural, incongruente por estar al otro lado del mundo. El rótulo consistía en un pollo amarillo con las alas extendidas hacia los lados, vestido con camisa blanca, pañuelo anaranjado anudado a su garganta y sombrero de ala ancha también color naranja... Lo han adivinado? A pesar de los idiogramas en chino que aparecían bajo el característico personaje, era completamente reconocible el logo de Pollo Campero!
Lycenia y yo nos quedamos con la boca abierta! Había leído las intenciones del gigante guatemalteco de incursionar en China, pero no sabía que ya era una realidad. Pero el taxi prosiguió su camino hacia el punto pre-establecido, algo que obviamente no íbamos a cambiar por la ausencia nula del idioma mandarín en nuestro haber, por lo que tomamos una nota mental de su ubicación para regresar posteriormente y tomar fotos, ya que de otra forma no nos iban a creer.... Continuaremos esa parte de la historia en un rato!
Nos conducíamos en nuestro habitual taxi (ya Lycenia se había resignado), observando a los múltiples ciclistas y al caos vehicular de la ciudad, ya casi a punto de ingresar al área de People’s Park, cuando la niña me llamó la atención hacia un rótulo amarillo y anaranjado, muy característico en Centro América, pero que aparecía como una visión irreal o en este caso como fantasía rural, incongruente por estar al otro lado del mundo. El rótulo consistía en un pollo amarillo con las alas extendidas hacia los lados, vestido con camisa blanca, pañuelo anaranjado anudado a su garganta y sombrero de ala ancha también color naranja... Lo han adivinado? A pesar de los idiogramas en chino que aparecían bajo el característico personaje, era completamente reconocible el logo de Pollo Campero!
Lycenia y yo nos quedamos con la boca abierta! Había leído las intenciones del gigante guatemalteco de incursionar en China, pero no sabía que ya era una realidad. Pero el taxi prosiguió su camino hacia el punto pre-establecido, algo que obviamente no íbamos a cambiar por la ausencia nula del idioma mandarín en nuestro haber, por lo que tomamos una nota mental de su ubicación para regresar posteriormente y tomar fotos, ya que de otra forma no nos iban a creer.... Continuaremos esa parte de la historia en un rato!
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