martes, 23 de junio de 2009

Primer encuentro con la Plaza Tian'anmen


El Hotel Holiday Inn Central Plaza Beijing resultó ser tan occidental como su nombre. Eso sí, no son los estándares comunes y corrientes de Holiday Inn. Para ser un hotel de US $110.00 por noche, contaba con todas las comodidades principales de una propiedad de cinco estrellas. Las habitaciones no eran tan elaboradas y elegantes como el Crowne Plaza en Shanghai, pero estaba a la altura de un hotel Real Intercontinental en Centroamérica, teniéndo en su haber un piano-bar, un lobby-café, un restaurante-buffet y su propio restaurante chino llamado “Zen”, el cual descubrimos posteriormente que aparte de tener 5 sucursales dentro de China, también cuenta con locales en Londres, Australia y hasta en Ciudad de México!!! (los precios resultaron además sumamente razonables considerando que se encontraba dentro de las premisas del hotel!).

Después de explorar las instalaciones del Holiday Inn, descansar un rato y pagar un Internet a precios de oro en su Business Center, solicitamos un taxi hacia la Plaza Tian’anmen (por supuesto atesorando con anterioridad unas cuantas tarjetitas con la dirección y el mapa del hotel, ya en mandarín!). Llegamos a la plaza en menos de 20 minutos, nada mal si consideramos el pesado tráfico de un jueves al atardecer. El taxista nos dejó en una esquina de Tian’anmen, a donde él le dió la gana (ya a esas alturas nos habíamos acostumbrado a que nos aventaran en cualquier lugar ante la imposibilidad de comunicarnos), con el tiempo justo para ver sol ocultándose tras las imperiales puertas de Qianmen, que se levantaban imponentes enfrente del Mausoleo de Mao Tse Tung (al cual decidimos no entrar, pues si ver películas de terror me quita el sueño por noches enteras, no se diga la impresión que me podría causar el cadáver embalsamado del fundador de la República Popular de China!!! Eso de visitar a Lenin y a Mao me parece de lo más morboso que he escuchado en mi vida!!!).

La plaza Tian’anmen supone ser la más grande del mundo, y se hizo famosa a nivel mundial por sus enormes manifestaciones de militantes comunistas durante la constitución del nuevo gobierno del pueblo, así como por la triste matanza de estudiantes que se diera ahí mismo durante el apogeo de la caída en Occidente de la Cortina de Hierro y el fin de la Guerra Fría.
Tengo que admitir que la plaza es ENORME más no impresionante, si no más bien simple, y el atardecer había atraído a centenas de turistas locales y extranjeros, quienes deambulabamos como hormigas dentro de su inmensidad, contemplando la lenta iluminación nocturna de los rojos tejados de la Ciudad Prohibida, así como el desfile de coloridas cometas en el firmamento, con sus múltiples formas de mariposas y dragones, parte del capitalismo de ventas callejeras que invade la ciudad! Ese fue nuestro primer contacto visual con la verdadera China Imperial!

lunes, 22 de junio de 2009

Llegando a Beijing desde Shanghai

Estuvimos un total de 5 noches en Beijing, y ahí el choque cultural fue aún más fuerte que en su cosmopolita hermana. De hecho, para el último día estábamos desesperados y necesitábamos regresar con urgencia a Occidente! Pero no me voy a adelantar en mi historia, para documentar los hechos de viaje que podrán servir en el futuro a otros potenciales viajeros latinoamericanos en dicha región del mundo. Concluyamos Shanghai de una sola vez...

Shanghai no solo nos trató a cuerpo de reyes, si no que nos despidió como tales.
Únicamente en las películas había visto cuando toda la servidumbre sale a recibir o despedir a los residentes de los castillos ingleses... Y precisamente el Hotel Crowne Plaza Fudan Shanghai envió prácticamente una comitiva como de 4 o 5 personas, incluyendo a las chicas de Relaciones Públicas del hotel, a acompañarnos a nuestro taxi con destino hacia el Aeropuerto doméstico de Shanghai, despidiéndonos tan afablemente que hasta Lycenia me dijo: “me siento como que me despidieran de mi casa”.

El trayecto de Shanghai a Beijing lo hicimos con la aerolínea “China Eastern”, saliendo muy apropiadamente a las 12 del mediodía (para no madrugar) en un vuelo de dos horas exactas, donde lo más interesante probablemente fueron las “caricaturas de seguridad” que mostraron en los pequeños televisores del avión, donde no solo mostraban como abrocharse el cinturón de seguridad y donde ubicar la salida de emergencia, si no aconsejaban algunas normas de cortesía como no quitarse los zapatos pues los pies podían oler mal e incomodar al de la par!!!

En Beijing habíamos hecho nuestros arreglos de estadía con el hotel mejor recomendado por TripAdvisor en Internet: el Holiday Inn Central Plaza Beijing (http://www.ichotelsgroup.com/h/d/hi/1/en/hotel/pegpl;jsessionid=ZL0IIYDH0HRTECTGWAJSJ0QKM0YBIIY4?firstpoint=dcb1&_requestid=270767 ), otra cadena Occidental para sentirnos en casa (que no sirvió de mucho para evitar la desesperación que nos embargó en la capital china). Los comentarios acerca del hotel se concentraban más que nada en su ubicación central y en su “joya secreta”, el Sr. Storm Li, Concierge del hotel! Todos los huéspedes coincidían en sus comentarios acerca del excelente servicio y dedicación de esta persona para atender a los visitantes, haciéndo arreglos para visitar las atracciones locales o recomendar la mejor forma de ver la ciudad!. Tanta maravilla descrita acerca del Super Concierge fue suficiente para convencerme de reservar dicho hotel y contactar al Señor Li vía correo electrónico, para solicitarle nos arreglara los traslados entre el Aeropuerto de Beijing y el hotel. Storm respondió casi de inmediato, confirmando que una persona nos esperaría a la salida de Equipajes con un rótulo con nuestros nombres, cosa que nunca sucedió!!!

Al salir de la zona de reclamos de equipajes en la terminal doméstica de Beijing, vimos millares de personas esperando a pasajeros con rótulos en todos los idiomas imaginables, pero nuestros nombres brillaban por su ausencia! Dimos varias vueltas para asegurarnos no haber perdido de vista nuestro rótulo, pero nada! Después de media hora de espera nos convencimos que no habían llegado por nosotros! Puntos menos de entrada para el tan afamado Concierge!!! , sobre todo que ahora teníamos otro problema: no contábamos con la dirección del hotel escrita en mandarín para simplemente tomar un taxi!

El pánico cundió momentáneamente, y empezamos a buscar alternativas. Las chinas mal encaradas de atención al cliente daban como solución un transporte privado de 400 Yuanes (como US $53.00), mientras que Lycenia encontró una especie de “shuttle” que nos llevaba al centro por la módica suma de 20 yuanes por cabeza (como US $2.63 c/u), pero que nos dejaría en algún lugar desconocido de la ciudad, donde de todas formas tendríamos que tomar un taxi sin tener la dirección en idiogramas chinos.... En ese momento de crisis mental, decidimos finalmente tomar el toro por los cuernos e hicimos la fila para tomar un taxi del Aeropuerto... lo peor que nos podría pasar era recibir una negativa con la cabeza! Por suerte nuestro taxista chino fue muy práctico y sencillamente vió el número de teléfono del hotel a la par de nuestra dirección en caracteres occidentales, con lo cual llamó por celular al hotel y consiguió la dirección. El resultado? Una carrera de una hora entre el Aeropuerto y el hotel, cuyo taxímetro marcó 125 Yuanes (como 16 Dólares). Nada mal, eh?

A todas estas íbamos con el mal sabor de boca con el supuesto Sr. Li por habernos dejado varados en el Aeropuerto! Teníamos toda la disposición de hacer un reclamo formal! Con lo que no contábamos era que al llegar al hotel, sin ni siquiera habernos bajado del taxi, apareció uno de sus empleados, impecablemente vestido y nos dijo en inglés: “Sr. Avila? Quiero disculparme por el mal entendido. Su transporte llegó al Aeropuerto muy tarde pues teníamos errados los datos de su llegada”.... Era Storm Li en persona!!!
Cómo sabía que nosotros eramos los pasajeros en desgracia? Ni idea! Lo más probable es que estuviese en la puerta del hotel preguntando “Sr. Avila?” a todo el que llegaba en taxi con la directa intención de hacer check-in en el hotel.
Su gesto de estar esperando en la puerta, más las disculpas del caso como bienvenida, nos hizo que bajáramos la guardia, dándonos por servidos ante el agravio, considerándo darle a nuestro Concierge una segunda oportunidad! Quedamos de acuerdo para reunirnos al día siguiente a las 09:30 de la mañana para que nos ayudase a hacer nuestros arreglos de viaje hacia la Gran Muralla y para darnos muchos tips para hacer más grata nuestra estadía!

sábado, 20 de junio de 2009

Impresiones de Beijing




Alguna vez han tratado de escribir y tienen como una especie de bloqueo mental? Dónde las ideas no fluyen como uno quisiera? Eso es exactamente lo que me está pasando con China! Y creo que no solo con China, si no con mis escritos en general! Durante el mes de febrero no pude escribir nada pues no tenía nada de inspiración. La musa me ha abandonado me imagino!
No tienen idea de lo que me está costando sentarme y hablar del tópico, pero no quiero tirar la toalla, pues tengo un compromiso moral con mis lectores y es el de narrar lo que ví y viví, en lo que será la nueva potencia mundial en el 2050. Quiero transmitir mis impresiones de una China milenaria pero incipiente en los mercados globalizados, donde Oriente y Occidente chocan en un constante baile de culturas!

Shanghai no me fue tan díficil describirlo. Es una ciudad cosmopólita y multi-cultural.
Pasar al tópico de Beijing es que me está costando neuronas. Por eso he decidido dejar de lado la filosofía de la calle por un rato e ir al grano en mis próximas ediciones, pero es la forma radical de completar una historia que ya tiene demasiados meses invertidos en el proceso de producción!

Para escribir de Beijing tengo que hablar del caracter de la ciudad, para lo cual la tendré que comparar con su hermana costeña.... Shanghai es una ciudad relativamente jóven, donde los occidentales jugaron un papel muy fuerte dentro de la formación de la ciudad.
Beijing en cambio, es una ciudad milenaria, cuya fundación oficial es incierta y donde se fundó la vida cultural y política de la China Imperial.

Pekín! Beijing! Recuerdo cuando estaba niño, escuchar el nombre de Pekín me hacía la alusión a un lugar sumamente exótico. Y lo es. Pero tal vez con lo que no me esperaba encontrar era con una ciudad al estilo de Dallas/Forth Worth, Texas!!! Probablemente estoy siendo demasiado estricto con mi veredicto, pero si les he de comparar Shanghai con Nueva York, es justo y necesario que les de mis honestas impresiones de Beijing.
Me recordó mucho al Metroplex de Dallas y sus vecindades, probablemente por ser una ciudad plana, con cientos de calles interminables en línea recta, a cuyos lados se levantan edificios de ocho o nueve pisos de altura máxima. Además con el mismo carácter conservador y aburrido de la ciudad texana. Esto es China en su máxima expresión!! Con sus ideas políticas de comunismo capitalista, que más bien son una especie de “ el Estado soy Yo” moderno.

Lo tradicional se mezcla con las funcionales construcciones de la era comunista, que a su vez se mezclan con las nuevas maravillas arquitectónicas que se están construyendo por toda la ciudad, con el único propósito de dar una imagen de modernidad al mundo cuando se celebren las Olímpiadas este verano. El mejor ejemplo es la Plaza Tian’anmen, donde convive la Ciudad Prohibida, con su cargada ornamentación, con la Asamblea Nacional y el Museo de la Revolución, estructuras sumamente utilitarias, sin nada de decoración, donde a la par encontramos además al nuevo Teatro Nacional de las Artes, conocido con el apodo de “El Huevo” por su forma ovoide, el cual parece surgir de las aguas de su propio lago artificial. Esa mezcla de estilos nos refleja una crisis de identidad muy fuerte en la ciudad. Es como una señora de sociedad, a quien le quitaron los bienes en algún momento, pero a la que ahora le tratan de adornar el vestido de forma más o menos forzada cuando ya se había acostumbrado a la sobriedad!!

De hecho, la ciudad tiene un aire de completa remodelación en su carrera preparatoria hacia las Olimpíadas, ya que hoteles, edificios, centros comerciales e instalaciones deportivas se construyen de forma virtiginosa, cambiando muchos de los aspectos tradicionales de la ciudad. Por ejemplo, en los alrededores de Tian’anmen, se encuentra la mayor concentración de barrios residenciales antiguos (llamados localmente “hutongs”), los cuales poco a poco van desapareciendo para darle paso “al desarrollo urbano arquitectónico”. Algo que me sorprendió, la primera noche en la ciudad, cuando buscábamos un restaurante del famoso “Pato Pekín” fue que cuadras enteras de un hutong habían desaparecido del mapa (mi guía era publicada a finales del 2006, así que no había pasado ni un año), y en su lugar encontrábamos gigantescas vallas rodeando un enorme área, donde se anunciaba la próxima apertura de una especie de Centro de Estilo de Vida con tiendas de moda, bares y restaurantes, como una especie de copia del Xintiandi de Shanghai. Esa si es globalización en su máxima expresión!

Pero no todo es color de hormiga, pues las verdaderas nuevas joyas de la ciudad son las impresionantes estructuras que se construyen para las Olimpíadas: el Estadio Nacional (conocido como el “Bird’s Nest” por su parecido con un nido de pájaro), el Centro Nacional de Natación (El Cubo de Agua), el nuevo edificio del China Central Television y por supuesto el Gran Teatro Nacional “El Huevo”. Las cuatro cosntrucciones innovadoras y definitivamente visualmente únicas a niveles internacionales.
Tomemos el ejemplo del Bird’s Nest: Está diseñado por la firma suiza de arquitectura Herzog and De Meuron, conjuntamente con el Instituto de Diseño de Arquitectura de China, y cuenta con una capacidad para 100,000 espectadores. Este será el principal escenario deportivo de las Olimpíadas y está conformado por una enmarañada red de concreto y metal que da la impresión de un nido de pájaros si se le ve a la distancia (que fue como lo conocimos, a la carrera, desde nuestro taxi contratado con destino hacia la Gran Muralla China, y donde el taxista nos los señaló diciendo la palabra “Olympics”).

No voy a entrar en detalle acerca de las demás estructuras, pero si quieren más información acerca de estas nuevas construcciones en Beijing, pueden encontrar mayor información en: http://www.china.org.cn/english/2004/Jan/84895.htm

viernes, 19 de junio de 2009

Xintiandi


Ya a estas horas, el ocaso había desaparecido dándole lugar a la noche, y si recordarán, Lycenia me había prometido el día anterior que íbamos a incursionar nuevamente la vida nocturna de la ciudad, con lo que seleccioné terminar nuestro día en el área de Xintiandi (http://www.xintiandi.com/english/index_e.asp), un centro comercial con un centro de estilo de vida, lleno de bares y restaurantes, donde los jóvenes yuppies chinos llegan a gastar sus incipientes fortunas. Se puede decir que la gente “linda” de Shanghai se congrega en sus calles peatonales, acaparando las mesas al aire libre para cenar, ver, y ser vistos...De hecho, para ser un miércoles por la noche, el lugar estaba a reventar! Habían restaurantes de todas las variedades, desde comida italiana a mexicana, pasando por pubs irlandeses y hasta sport bars al estilo estadounidense. Globalización en su máximo esplendor! Todos estos locales de moda en Xintiandi han sido acondicionados en lo que eran casas tradicionales chinas de principios del siglo XX conocidas con el nombre de “Shikumen”, que son una especie de “townhouses” de tres pisos construídas a base de ladrillos, y que combinan elementos orientales con occidentales. Estas casas se conectan en un mismo barrio a través de estrechos pasajes en línea recta, haciéndo que toda la zona sea peatonal, con una calle principal rodeada por estos pasajes. El resultado de combinar estructuras relativamente antiguas con tiendas ultra-modernas es ciertamente espectacular!


Nuestra primera parada en Xintiandi fue el Bar TMSK (http://www.tmsk.com/tmsk_sc.html), donde de martes a sábado hacen una presentación de ópera china “Pingtan”, género imperial clásico que ha sido modernizado y combinado con técnicas electrónicas para deleitar a los comensales del lugar. Lamentablemente se nos olvidó un detalle: no habíamos hecho reservación y el show de la noche ya estaba lleno. Así que resignados nos tomamos un martini en la barra del lugar, el cual ha sido ricamente decorado con vidrio colorizado, dándole mucha alegría y calidez al bar. El nombre TMSK es abreviación de “Tou Ming Si Kao”, que significa “pensamiento transparente”, alución muy directa a la decoración de cristal de todos los tonos del arco iris. La barra está hecha de cientos de ladrillos de vidrio transparente, y el restaurante contiene una enorme cantidad de objetos del mismo material, que van desde exóticas orquideas hasta candelabros de cristal. La barra del TMSK fue un lugar sumamente apropiado para nuestro aperitivo nocturno y definitivamente fue una experiencia muy colorida.


Continuamos la noche en un restaurante de comida china shanghainesa muy recomendado por todas las guías cibernéticas: “Ye Shanghai”. A pesar de las malas experiencias que hasta el momento había tenido con la comida local, le quize dar una oportunidad más en un lugar que a mis ojos sería una experiencia parecida al Restaurante “A Lo Nuestro” en San Salvador, que es comida gourmet con ingredientes y técnicas locales....Tengo que admitir que tiré la toalla después de nuestra cena en lo que se suponía ser uno de los mejores representantes en su género... El menú era muy variado. Todo se veía muy bueno en fotos... y no recuerdo exactamente lo que pedimos. Los spring rolls estaban ricos, eso si me acuerdo... Pero solicité un platillo a base de tofu, que era una cosa gelatinosa indescriptible y que prácticamente me devoré a la fuerza como castigo de insistir en seguir probando la comida china. También creo que cenamos una carne de cerdo que fue sumamente olvidable. Recomendación: si van a China saquen sus propias conclusiones en relación a la comida, pues mi opinión a estas alturas es sumamente subjetiva. No me gusta la comida china! Punto! Jajaja.


Ante el fiasco culinario de Ye Shanghai y la opereta frustrada de TMSK, sencillamente comenzamos a caminar por los pasajes de Xintiandi buscando algo con qué mejorar la noche, y fue en la calle principal que encontramos un local llamado CJW (Cigar, Jazz and Wine) donde desde el exterior podíamos ver y a escuchar cantando blues a una mujer negra, importada probablemente desde Nueva York. El local estaba sumamente animado, así que decidimos sentarnos al aire libre en una de las mesas del exterior, que casualmente se desocupó en el momento que llegamos. Un cosmopolitan y un whisky en las rocas por favor! (aún no se como nos hacíamos entender!) Lamentablemente el espectáculo de jazz y blues no duró mucho tiempo y al terminarnos el trago decidimos explorar el negocio de la par (del cual les debo el nombre), ya que se escuchaba sumamente animado y donde para nuestra sorpresa, era noche de salsa! Si, salsa, el baile caribeño! No se decir si nuestra sorpresa más grande fue escuchar música de la Olga Tañón en el Lejano Oriente o ver a todos los chinos bailando salsa como los profesionales! De hecho, la discoteca estaba completamente abarrotada. La pista de baile explotaba de llena! Con mucha suerte logramos una mesa justo a la entrada, por lo que el movimiento de meseros y comensales era más fuerte de lo normal. Pero de todas formas, como se puede quedar uno quieto cuando se está escuchando “Lluvia” de Eddie Santiago (la cual no escuchaba desde 1990!)


Pensandolo bien, la ubicación a la entrada era casi perfecta, pues nos permitía ver lo que pasaba en el interior con los chinos enloquecidos con los ritmos tropicales, pero también en el exterior, donde grandes tablones metálicos calientes con fajitas de carne, pollo y mariscos, eran transportados a diversos clientes del lugar. Y nosotros con tofu en el estómago! Jajaja! Cuando la fiesta caribeña estaba en su mejor momento, pudimos observar una mesa muy peculiar, casi perfecta, a nuestro lado izquierdo... Inmediatamente notamos algo extraño: a) la gente alrededor de la mesa era muy bonita, considerando los rasgos orientales; b) había un banquete con muchos exóticos platillos en la mesa, pero nadie los tocaba; c) todos vestían de blanco o de tonos claros; d) alrededor de la mesa los observaban muchas personas vestidas en shorts o ropa sumamente informal, en contraste a la elegancia de la mesa... No fue si no hasta que encendieron las grandes lamparas de luz blanca y apareció un tipo en tuxedo con una botella de vino en la mano, haciendo su papel de sommelier, que nos dimos cuenta que estaban filmando una novela, o pelicula, o mini-serie... La mesa estaba rodeada por el personal a cargo del equipo de cámara y sonido de la producción, así como de transeuntes curiosos que se detenían a tomar fotografías de los artistas (fotos en blog). Fue en ese instante que nos dimos cuenta que la fantasía urbana es una completa realidad en Shanghai, la cual se despidió de nosotros esa noche admirando una filmación de artistas locales en todo su esplendor al ritmo de “Ven devórame otra vez” en su versión original de Lalo Rodríguez.


Listos para Beijing?

jueves, 18 de junio de 2009

Happy Hour en Face!

Decidimos probar suerte como si fuesemos locales y tomamos el Metro. El mapa mostraba que nuestro destino estába a cinco estaciones de People’s Square, con lo que descubirmos lo fácil que es utilizar el Metro en Shanghai pues todas las indicaciones están tanto en mandarín como en inglés. En menos de veinte minutos nos encontrábamos caminando en otra área de la ciudad, con estructuras muy europeas, supuestamente al estilo Tudor, aunque personalmente no recuerdo nada impresionante. El área tiene muchas tiendas al estilo boutique y de marcas especializadas, con lo que su servidor terminó comprando una camiseta en la Tienda Quicksilver de Shanghai y Lycenia finalmente se compró su blusón de inspiración oriental (fondo color blanco, flores en tonos rosas, rojos y grises, cuello chino... Causó sensación entre todos los pasajeros el día que decidió estrenarlo en su vuelo trans-polar de regreso hacia América).

Lo que me gustó de las calles de la Concesión Francesa fue el contacto directo con gente que vive y opera en la ciudad, lejos de la marca del típico turista. Realizamos una caminata de por lo menos unas dos horas, comenzando con una parada técnica para refrescar la sed en el Hotel Ruijin Guest House, que comprende de un complejo de edificios más parecidos a un campus universitario que a una zona hotelera, eso sí con muchas árboles y zonas verdes, en medio de lo cual se encuentra un bar muy colorido llamado “Face” (donde obviamente Lycenia fue llevada sin conocer mi negra intención de un “happy hour”, cuando se dió cuenta que era un bar al que la había llevado, solo se limitó a decirme: “si es que solo vos podes hacer tours donde hay un bar incluído en el camino”). Nos sentamos en unas vistosas sillas de mimbre con vista al extenso jardín del hotel. Prontamente nos llegaron a pedir la orden: Tsing Tao, por favor! (Lycenia no tomó nada pues seguía empanzada con su té verde con pelotitas de arroz). Face está ubicado en una impresionante casa de campo en medio del complejo hotelero, y su interior contiene una interesante decoración de influencia india y tailandesa, aparte de las muy de moda carpas de colores al estilo marroquí que aparentemente dominan las tendencias de la ciudad. Un lugar sumamente relajante para ver parte del atardecer y recuperar energías antes de nuestra incursión nocturna. Era nuestra última noche en Shanghai!


Después de preguntar por señas por la salida del hotel, fuímos a dar a una avenida secundaria, en la cual nos encaminamos hacia el mercado (con mapa en mano, claro está). En el camino nos encontramos con el hospital y la escuela de medicina, en donde nos llamó sumamente la atención que los enfermos estaban paseando por las calles de sus alrededores haciendo cosas cotidianas como comprar el periódico, ordenar un café o sencillamente caminar al mismo tiempo que conversaban con amigos o parientes. Cómo reconocíamos que eran enfermos del hospital? Bueno, su especie de pijamas de manta blanca muy típica del mundo médico los delataba. Dejan salir a los pacientes a la calle en San Salvador? Nunca he visto nada parecido. Tal vez a los jardines del hospital, pero nunca a la calle (me imagino por el miedo de que se vayan sin pagar!)... Si es costumbre china o no, eso no lo sé... Puede ser sencillamente algo normal en otras partes del mundo, pero en mi pueblo parroquial no lo es.


Continuamos nuestra caminata con destino al mercado húmedo de la Calle Taikang Lu, y en el camino (unas 6 cuadras) pudimos observar cualquier cantidad extraña de tiendas de todo tipo, dirigidas principalmente para el mercado local, donde en sus vitrinas podíamos observar desde zapatos de todas las formas y colores inimaginables, hasta flores, artesanías, cuadros, vestidos y por supuesto andaderas para adultos, estetoscopios y maletines para doctor, por aquello de la cercanía a la escuela de medicina. Claro que fue más pintoresco llegar al mercado y no reconocer la mitad de las verduras o animales en venta dentro del lugar. En China les llaman “wet markets” (mercados húmedos) por la costumbre local de comprar los alimentos lo más frescos posibles, por lo que pescados, camarones, calamares, anguilas y hasta culebras, se exhiben en gigantescas pesceras o cubetas, donde el comensal puede escoger a sus víctimas para prepararlas durante la suculenta cena. Al lado del mercado nos encontramos con un largo, estrecho y pintoresco pasaje peatonal llamado Taikang Lu Art Street, el cual contiene establecimientos de pequeños comerciantes, quienes han abierto cafés, galerías de arte, tiendas de artesanías locales o regionales (incluyendo del sudéste asiático) y algunas coloridas boutiques.

Centro Europa 2006