domingo, 21 de septiembre de 2008

El Bund Sightseeing Tunnel hacia el Oriental Pearl Tower

Ya de regreso en tierra firme decidimos buscar algún lugar para almorzar, por lo que caminamos desde el muelle hasta el pequeño malecón del Bund. A pesar de haber tenido un desayuno buffet muy variado en el hotel, donde nos saciamos con dumplings y huevos recalentados, el hambre apremiaba y tras recorrer unas cuantas cuadras, nos encontramos con el Restaurante “New Bund”, el cual fue nuestro primer encuentro con un restaurante chino de verdad.... Nos recibió una gigantesca estatua del Buddha gordo y sonriente, quien tenía ofrendas frutales a sus alrededores. Al ingresar nos recibieron con un inglés sumamente rudimentario y nos llevaron a través de largos pasillos sin comensales. De hecho el lugar parecía estar desierto de no ser por unas cuantas mesas en un salón lateral donde nos ubicaron con vista a la transitada calle. En los pasillos vimos gigantescos estánques con peces, camarones y angilas, para poder dar fé que tan fresca era la comida que nos iban a dar.... (es una costumbre muy china, exhibir sus animales como símbolo de carne fresca!). Nos llevaron unos menús plastificados en chino e inglés, y donde habían fotografías de la comida.... Nos tardamos más de media hora en decidir qué ordenar, pues ni las descripciones en inglés ni las fotografías nos daban una idea de qué íbamos a recibir... Optamos por un plato de cerdo agridulce con hongos y verduras, por unos dumplings, y por una especie de broccoli chino. Tengo que admitir que los sabores eran completamente diferentes a Occidente, pero aún estaba comestible. Todo esto por la maravillosa suma de USD 10.78 entre los dos... 30 dólares menos que la noche anterior, claro que en un restaurante que consideraría de tercera!

Posteriormente a la sobremesa (y después que un turista peruano se metiera sin querer al baño de las mujeres, donde Lycenia afortunadamente solo se estaba lavando las manos), decidimos salir finalmente del Bund y cruzar hacia Pudong, para lo cual nos decidimos a utilizar el Túnel Turístico! El Bund Sightseeing Tunnel conecta la parte norte del Chen Yi Square en el Bund con el Oriental Pearl Tower en Pudong! El túnel, de 647 metros de longitud, que va por debajo del Río Huangpu, transporta a sus pasajeros en pequeños carritos de vidrio con una capacidad como para 10 personas cada uno, en lo que es uno de los recorridos más kitsch que he hecho en mi vida... De hecho, en palabras de Lycenia, “es tan feo que hay que verlo”. Y efectivamente, es una cosa fuera de este mundo. Pensé que solo quedaría en mi memoria, pero me lo encontré en You Tube, así que pueden accesar al video a través del blog o a través del siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=BeuGPbl9YjI - Por favor veanlo, pues las palabras me quedan cortas para poder describir algo que nos dejó con las bocas abiertas de par en par, y no necesariamente por habernos impresionado, si no más bien por ser algo que Walt Disney World hubiese quemado los planos y el prototipo antes de permitir su construcción!
Tengo que admitir que fue una forma muy conveniente de cruzar hacia el otro lado del río, y en cuestión de 5 minutos estábamos en la base del Oriental Pearl Tower.... Varias personas me han preguntado “qué es exactamente ese edificio?” refiriéndose a las fotografías del Oriental Pearl Tower, con sus características esferas gigantes que nos dan la impresión de un átomo estilizado. La Oriental Pearl Tower (Torre de la Perla Oriental) es una torre de televisión, la tercera más alta del mundo después de las de Toronto (CN Tower) y Moscú (Ostankino Tower), pero además se ha convertido como un ícono representativo del Shanghai del siglo XXI.

La torre, de 468 metros, es como una ciudad en sí misma, pues cuenta con tres miradores a diversos niveles, tiene un restaurante giratorio, una discoteca, un piano bar y un hotel de 20 habitaciones; en su base se encuentra el Museo de Historia de Shanghai y aparentemente se está constuyendo en su interior un parque de diversiones dedicado al “mundo del futuro”. Y si, somos pecadores! No entramos!!! Ni subimos!!! Pero bueno, no había tiempo para todo y decidimos que el Jin Mao Tower tenía un mejor “sex appeal” para observar la ciudad a vista de ojo de pájaro. Únicamente rodeamos el Oriental Pearl Tower y caminamos por sus alrededores... En su interior había una gran multitud aparentemente esperando un concierto o algo similar a juzgar por la tarima y el anfiteatro al aire libre que congregaba a los chinos en un ambiente festivo y musical.... Caminando, caminando, también rodeamos el Shanghai International Convention Center y fuímos a dar a la rivera del río Huangpu, esta vez del lado de Pudong y con vista hacia el Bund.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Crucero por el Rio Huangpu



Hacía dos días apenas que navegábamos el Chicago River para nuestra lección de arquitectura y estábamos a punto de repetir la experiencia con un paseo en barco por el Río Huangpu! El crucero de una hora por el río tenía el módico precio de US $4.72, algo que sentimos baratísimo considerando los precios de las cervezas de la noche anterior! Compramos nuestros boletos en una desvencijada oficina a orillas del río, y nos hicieron pasar a una pequeña sala de espera, que tenía un insoportable olor a humanidad china... Tienen un olor ácido o agrio, muy peculiar, posiblemente por la raíz de bambú o la raíz de la flor de loto, las cuales tienen ese olor que tuvimos que soportar durante todo nuestro viaje y que posiblemente al final también nosotros los teníamos impregnado... Como dato curioso, una amiga de Carolina López me comentaba antes de salir de viaje, que un amigo chino le comentó que para ellos los occidentales tenemos un olor insportable a leche y queso, lo cual causó bromas durante todo nuestro viaje, pues cuando sentíamos el característico olor agrio de la humanidad china, los amenazábamos con atacarlos con nuestro olor a leche de cabra! ;-)

El crucero salía a las 11:00 de la mañana, y en esa inmunda sala de estar no había señas de un puente de abordaje. Nos acompañaban en nuestra espera una elegante señora francesa de pelo blanco algodón y su muy guapa nieta, quien estaría dentro de la veintena de edad. La barrera del idioma no nos permitía comunicarnos, pero nos dábamos solidaridad mutua de no saber cuáles eran los próximos pasos... Hasta que entró un hombre chino y nos pidió en inglés que lo acompañáramos, para guiarnos hasta un autobus, lo cual causó la pregunta de la señora francesa: “y que no era un barco”, a lo que le respondieron: “en 5 minutos”, tiempo exacto que le tomó al bus en llevarnos hasta un muelle a unas cuantas cuadras del lugar de nuestra compra.

El barco era parte del Shanghai Huangpu River Cruise Company (les pondría el sitio web de Internet, pero está completamente en chino!), que tienen una flota de 7 naves para hacer recorridos que van desde una hora hasta toda una tarde. Nosotros optamos solo por un pequeño vistazo de la ciudad desde el río.... Practicamente fuímos los últimos en abordar, y subimos a la cubierta del tercer piso a través de una pequeña escalera de caracol....
La cubierta exterior ya estaba completamente abarrotada por turistas de todas las nacionalidades, pero primordialmente locales. No tocaría de pie, pues ya estaban ocupados todos los asientos plásticos blancos que habían dispuesto en forma de mini-comedores. Además, al contrario de nuestra experiencia en Chicago, en lugar de un catedrático, nos acompañaba un aparato de sonido que tenía muy mala resonancia, por lo que las explicaciones en inglés nos sonaban igual a chino. No puedo decir en esta ocasión que fue una experiencia didáctica, pero si gozamos mucho del paisaje urbano.

Y como la naturaleza tiene sus jugarretas eventuales en este tipo de paseos, a los 5 minutos de haber zarpado, el cielo se pusó negro negro negro y cayó una tormenta de Padre y Señor mío, lo que causó el caos en la cubierta, pues para bajar a la parte techada del barco, se tenía que pasar por la única estrecha escalera de caracol, con tanta suerte que quedamos nosotros prácticamente de último, con lo que nos empapamos y al llegar al nivel inferior, ya todas las sillas de la cafetería interior estaban ocupadas... El destino quería que siguieramos de pie! Así que nos resguardamos en un pedazo exterior techado donde podíamos apreciar la gran ciudad al mismo tiempo que la brisa y la lluvia chocaba contra nuestros rostros... Pero como se disfrutan mejor estos paseos acuáticos si no es en el exterior? Qué mejor ubicación para ver la bandera ondeante del barco en movimiento? O para apreciar los rascacielos sin 50 chinos bloqueando nuestras fotos? Interesantemente su servidor se puso a hacer una especie de danza del sol, bajo la premisa que de todas formas nadie me conocía y con el afán de liberar un poco el estrés, y a los 10 minutos la nube se disipó, pero me faltó probablemente más fé, pues en cuestión de 2 minutos más se volvió a formar y continuó el tormentón!

sábado, 13 de septiembre de 2008

Pudong... De dia


Hablar acerca del matrimonio me permite enlazar mi ensayo anterior, aunque sea de una forma muy débil, con nuestra historia en cuestión... Llegamos a una China milenaria y recientemente comunista, para encontrarla casada con un mundo moderno y con el capitalismo... Este si es un matrimonio de conveniencia!!! Y Shanghai es el punto máximo de expresión de esa nueva China que quiere dominar al mundo... Con solo observar Pudong desde El Bund, con sus rascacielos y su paisaje futurista, nos da una clara idea que la niña se casó por dinero con Occidente, no por amor.

Lycenia no me podía comprender, porqué si la noche anterior habíamos estado en The Bund con la misma vista de Pundong, teníamos que regresar al mismo malecón y repetir parte de nuestros pasos... Muy sencillo! Lo vimos de noche... Ahora lo teníamos que ver de día! Además nos permitió apreciar un poco más al turismo local... La mayor parte de personas en ese malecón eran chinos, probablemente de visita en la gran ciudad... tal como los estadounidenses visitan Nueva York o como los europeos visitan París. Con 1.25 billones de personas en el país, es obvio que la mayor parte de turistas serían locales, aunque los occidentales también congestionabamos un poco las abarrotadas calles. Y no puedo explicarles la cantidad de cámaras digitales compitiendo por una toma del turista con el Oriental Pearl Tower.

Además había vendedores ambulantes de agua, algunos cuantos pordioseros, fotógrafos ofreciendo sus servicios para capturar el momento kodak con fotografías instantáneas y hasta un vendedor de pinchos de pulpo, quien tuvo que huir de la policía a cómo las piernas le daban con todo y su carrito, pues aparentemente son prohibidas este tipo de ventas en las calles de Shanghai.

martes, 9 de septiembre de 2008

Cuatro Bodas y Un Funeral


A cuántos matrimonios religiosos se puede ir en San Salvador en un año? Pues a menos que seas Chacho y Andrés, quienes captan las imágenes de estos eventos para la posteridad por su trabajo, o que toda la promoción de colegio del mismo año se pusiera de acuerdo para casarse al mismo tiempo, pues podría adivinar como máximo dos. O bueno, será que yo por mi mundo corporativo paso encerrado en mi “home office” y no conozco más gente en edad casadera? Estoy filosofando al respecto pues el 2007 me ha llevado a presenciar cuatro bodas, cada una completamente única, siendo la más reciente el sábado pasado en el mar, dentro del Hotel Tesoro Beach en la Costa del Sol de El Salvador.

Mi buena amiga Fabiola buscó un escenario sumamente operático y hollywoodesco para recibir su bendición nupcial: justo al atardecer, al aire libre y a orillas de la playa, en un anfiteatro de columnas romanas donde la novia había decorado con velos blancos que se movían armoniosamente con el viento.... De hecho, ese pequeño anfiteatro es de los pocos lugares al aire libre y fuera de la Iglesia Católica donde el Arzobispado ha concedido el permiso para poder oficiar una misa o un matrimonio. Me imagino que los domingos de Semana Santa llegaba el padre al balneario de verano a poner un poco de orden entre sus feligreses, lo que hizo necesario consagrar el lugar para dar misa. Así que el sábado pasado Fabiola y Rodrigo se casaron, ambos de blanco, y en un ambiente sumamente casual y relajado... Y al terminar la ceremonia religiosa, prácticamente cada quien tomó su silla ocupada durante la misa, colocándolas en las mesas que ya estaban preparadas alrededor de la improvisada iglesia para el posterior banquete nupcial. Lo interesante es que donde antes estaban los feligreses escuchando misa, se instaló la discoteca móvil con luces y efectos de humo, y media hora más tarde todo mundo bailaba a diversos ritmos tropicales.

La boda de Luis y Laura fue campestre y de día... La misa fue a las 10:00 de la mañana en la Iglesia del Carmen, con una posterior recepción en la Finca San Ernesto, camino a Comasagua y donde la lluvia, el sol, la neblina, los venados y las loras jugaron un papel muy significativo en ese contacto con la naturaleza.

La de Geraldine y Andrés fue una boda sumamente tradicional y elegante, a las 8:00 de la noche en la Basílica de Guadalupe, con su posterior recepción en el Hotel Radisson. Las mujeres de largo y de lentejuelas, los hombres de traje oscuro.

La de Claudia y Javier fue una boda de tarde, muy cálida y colorida, a las 11:00 de la mañana en la Basílica de Guadalupe, con un posterior almuerzo en los jardines de la Hacienda de los Miranda (así se llama la Sala de Recepciones para los que son de fuera) y como el novio es mexicano, pude apreciar costumbres muy típicas de ese país aplicadas dentro del contexto salvadoreño.

Como mencioné, todas muy diferentes, pero con una elegancia y una atención en los detalles muy única en cada caso... Lo que si puedo decir que las cuatro bodas tuvieron en común es la felicidad que los novios transmitían por haber tomado el paso de sus vidas. Y es que aún existen los matrimonios felices? Claro, dirán que un divorciado no es la persona más imparcial para hablar al respecto, pero en un mundo donde se ven tantos matrimonios arreglados, obligados e infelices, es sumamente grato ver historias de amor verdaderas, con finales felices, dignas de Hollywood, y para variar tal vez no tan operáticas. Felicidades a todos los recién casados del 2007!!!!

Y el funeral? Si... Falleció mi tío Freddy en San Francisco. El hermano de mi mamá. Por favor todos levanten una oración por su eterno descanso, pero sobre todo para darle fuerzas a su familia doliente. Mi mamá piensa que soy un desalmado, pues he pasado dándole una gran terapia acerca de que la muerte es un proceso natural para tratar de calmar sus lágrimas y como capricornio puro del 2 de enero, me logro mantener ecuánime en momentos de crisis. Tío Freddy, que Dios lo tenga en su gloria!!!

Pero bueno, este es un blog de viajes y no una reseña de las páginas sociales ni de los obituarios. Con escribir estas palabras únicamente quería rendir homenaje a los valientes que se casaron y al que se fué a mejor vida, pero hay una historia a medias sobre las tierras del Catay, que debemos continuar...

jueves, 4 de septiembre de 2008

The Bund y la increible vida nocturna en Shanghai!!!

"The Bund"

Hasta ese entonces, la visión de la gran ciudad había captado todos nuestros sentidos, y no fue si no hasta cruzar de regreso hacia la acera del Bund que nos dimos cuenta la cantidad de gente que había en las calles, y sobre todo la cantidad de chinos que nos rodeaban! Estábamos en China!!! En una China muy cosmopólita por cierto, pues también habían hordas de turistas y ex-patriados de todas las nacionalidades! La noche era jóven para explorar las conservadoras edificaciones inglesas de “The Bund” con vistas de encontrar un lugar para nuestra primera cena en Shanghai.

“The Bund” es un conjunto de edificios de estilo netamente europeo, ubicados en una de las márgenes del Río Huangpu en el distrito del mismo nombre en Shanghai. Si Pudong nos inspiró el futuro, The Bund nos evocó el pasado extraterritorial de la ciudad.... El Imperio Británico, Francia, Estados Unidos y Japón, tenían concesiones en Shanghai que operaban como territorio propio de cada uno de sus países. Por eso la ciudad cuenta con una cantidad impresionante de edificios históricos que en su momento alojaron bancos, embajadas y oficinas de intercambio comercial de corporaciones inglesas, francesas, estadounidenses, rusas, alemanas, y de muchas otras potencias europeas. Mi amiga Ivonne Jaimes, cuando vió recientemente una foto de su servidor en el Bund, pensó que había sido tomada en Londres, pues efectivamente parece una escena tomada a la orilla del Támesis y no del Huangpu. Acá se encuentran edificios de tanto prestigio como el Shanghai Club (el principal club social británico de la ciudad), el edificio HSBC (sí, donde floreció sus operaciones el Hong Kong and Shanghai Banking Corporation allá por el 1932, su banco local), la Casa de las Aduanas (que tiene un reloj construido en Inglaterra que es imitación del Big Ben) y el Edificio del Bank of China, que tiene finalmente elementos decorativos propios de la cultura madre de la ciudad.

Es sorprendente caminar la acera del Bund, con sus sobrias estructuras medio grises, considerando el colorido y lo recargado de la arquitectura oriental, y ver sus calles llenas de gente, primordialmente chinos, curosiando las vitrinas de tiendas como Armani o Dolce & Gabbana, surgidas de una nueva clase adinerada con poder adquisitivo elevado y a quienes gustan los articulos de lujo. No era de extrañarse que los mejores lugares para cenar o tomar una copa estuviesen alojados en sus parcos edificios....

En Internet había visto la recomendación de un restaurante llamado “Sens & Bund” (http://www.resto18.com/sb/main.html ) ubicado en el Edificio “Bund 18” (http://www.bund18.com/) el cual era la sede del “Chartered Bank Building” en épocas de antaño, pero que ahora es la sede de tiendas tan prestigiosas como Cartier y Boucheron, y de hecho al entrar nos recibió la tienda de Ermenegildo Zegna, que casi tuvimos que atravesar para encontrar el asensor del edificio, pues el restaurante estaba ubicado en el sexto piso. Pero no tuvimos suerte esa noche pues tenían un evento privado, algo que a juzgar por las edades podría ser una especie de fiesta rosa china, así que el restaurante se encontraba cerrado para el público en general... Decidimos entonces probar suerte en el octavo piso del mismo edificio, donde se ubica el “Bar Rouge” (http://www.resto18.com/br/home.html ), que aparentemente es el lugar del momento en la ciudad, pero que a las tempranas 7:45 de la noche no había ni un alma en el local con quien compartir aunque fuese las miradas. Nos atendieron muy cordialmente en la entrada y nos advirtieron que podían darnos algunos bocadillos para comer, pero que si lo que buscábamos era cenar, lo mejor es que nos fueramos a otro edificio en la misma calle que tenía más opciones de restaurantes: “Three on the Bund” (http://www.threeonthebund.com/ ) , ubicado donde estaba antiguamente el Club Británico de la ciudad!

Fue una corta caminata desde el número 18 al número 3 (que es como se identifican ahora todas las edificaciones del Bund, a través de su dirección) y nos encontramos con una puerta principal completamente sellada! Para qué nos mandaron acá si está cerrado?? En la esquina del edificio estaba la Tienda Armani, pero en un estado de remodelación caótico, con andamios y plásticos cubriendo sus pasillos... Por suerte el hambre hace que uno camine hacia donde está la comida y de pura casualidad nos dimos cuenta que la entrada a “Three on the Bund” era a través de la calle lateral... Entramos a un lobby que más parecía de edificio de oficinas que otra cosa, y no se si era la señalización del lugar o el resultado del jet lag, pero nada parecía estar en su sitio. Habían rótulos de diversos restaurantes en los pisos superiores del lugar, así que buscando buscando nos encontramos un elevador y entramos en él. Pero en ese mismo instante entraron por lo menos 15 chinos más al ascensor, quienes prácticamente nos arrastraron afuera del aparato en el quinto piso... donde convenientemente había un restaurante. De la nada apareció la anfitriona del lugar, quien nos preguntó cuantos eramos y en cuestión de segundos nos habían sentado en una mesa para dos, y teníamos sendos menús en inglés. Es la primera vez que llego a un restaurante por inercia pues todo fue sumamente rápido.

Una vez sentados, pues decidimos ordenar, aunque me llamó la atención que los 15 chinos del ascensor habían desaparecido por completo y en su lugar habían comensales estadounidenses, franceses, ingleses, italianos, españoles, etc... La teoría de Lycenia es que el restaurante tiene contratados a los 15 chinos para subirse a un ascensor con turistas y obligarlos a bajarse en el quinto piso para cenar por inercia!!! Eso si, la comida se veía muy buena, y la calidad de los platos no tenía nada que envidiarle a Occidente! Probablemente por eso estaba el lugar lleno de extranjeros, y por supuesto que eso también se traducía en los precios, pues por unos spring rolls, una sopa estilo Thai, más un plato adicional que no recuerdo, así como dos bebidas, nos salió la fortuna de 40 dólares, lo cual es caro para estándares chinos!! Pero no me quejo, pues fue de los pocos lugares donde la comida aún me supo a algo conocido. Además cuantas veces se puede cenar en un edificio inglés de los años 20’s ubicado en Shanghai?

Después de la cena, teníamos varias opciones para tomar una copa. En el Edificio vecino se encuentra el Restaurante “M on the Bund” y su muy afamado por “Glamour Bar” (http://www.m-restaurantgroup.com/ ) eso de acuerdo a la guía de “World Best Bars” en Internet, aunque después de ver a algunas personas con saco y vestido, pues buscamos algo igual de glamoroso pero donde no nos fueran a avergonzar por nuestros menos formales atuendos... Ya habíamos dicho que regresaríamos al Bar Rouge, anyway... Y aún a las 9:00 de la noche el lugar aún estaba medio vacío y en la mayoría de sus mesas habían rótulos de “reservado”, técnica muy común de los lugares de este tipo para quienes consumen una botella. Como era temprano, nos dijeron que podíamos tomar una mesa, pero que a las 10:00 de la noche la tendríamos que desocupar. Total, estábamos ahí por un único trago (que falacia!)

"Bar Rouge"

El Bar Rouge es descrito en múltiples guías como el lugar para impresionar extranjeros en Shanghai. La vista con dirección a Pudong con el Oriental Pearl Tower y los múltiples rascacielos iluminados al otro lado del río crean uno de los ambientes más operáticos que hasta hoy he visto. Y obviamente, el rojo es el color predominante en este ambiente donde encontramos arañas de cristal color rojo, tiendas de campaña con cojines en el suelo al estilo del medio oriente (todo color rojo) y enormes cuadros de mujeres con labios carnosos color rojo... No se porqué siempre me sigue el color rojo (o yo lo sigo a él) pues si recuerdan en Roma estuve también en el Bar Rouge del SupperClub y al ir a París quiero ir una noche al Moulin Rouge.... Claro que el ambiente impresionante del Bar Rouge en Shanghai tenía su etiqueta de precios adjunta, aunque sorprendentemente no tan alta como hubiese pensado con martinins a 11 Dólares y Heineken a 8 dólares (las cervezas locales, TsingTao a 5.39 Dólares)... Carísimo para China como pudimos aprender en los próximos días, pero realmente no tan caro si consideramos que algunos DJ’s del Buddha Bar en París tocan ahí algunos fines de semana.

Vista de Pundong desde el Bar Rouge

Algo que me llamó la atención al estar en nuestra mesa de una hora (ni que fuera motel, ay! lo siento, era demasiado adecuado, jajaja!) es que habían muchos chinos y chinas en la barra, la cual no tenía asientos altos ni de ningún tipo... Si estás en la barra, estás de pie. Mi punto es que con todas las mesas vacías, por ser extranjeros nos ofrecieron la mesa por una única hora, pero a los pobres locales los tenían tomando sus tragos literalmente al estilo cóctel.... Y no pasó mucho el tiempo en que entrgamos nuestra mesa sin que nos la llegaran a pedir, para evitar que nos avergonzaran en un idioma extranjero y decidimos seguir el ejemplo de los locales, quedándonos de pie en la barra exterior del local, en la fabulosa terraza con vista a Pudong. Algo interesante es que las mesas exteriores simulaban pequeñas lanchas al estilo italiano, y después nos enteramos que todos los veranos tienen un tema alusivo al mar.

Nuestros nuevos amigos de Texas!!!

Estando en la barra conocimos a tres estadounidenses, dos señoras de mediana edad y un hombre en sus treintas, con quienes empezamos a conversar por el vicio en común de fumar. Resulta que todos ellos trabajan en una empresa de distribución de ropa en Estados Unidos y todos los años viajan a Shanghai para supervisar las fábricas de ropa y encargar los nuevos estilos de las próximas colecciones. Lamentablemente no recuerdo sus nombres y los correos electrónicos quedaron sepultados en alguna parte del viaje pues nunca los encontré ( y nos los dieron), pero al calor de las copas ya éramos todos amiguísimos y hasta nos invitaron a tragos. Una de ellas negoció una mesa para todos después de haber pedido un martini de 20 dólares (hasta que se lo cobraron se dió cuenta!!!). La señora de más edad resultó ser la madre del hombre en sus treintas, y ella nos contaba que cuando comenzó a viajar a Shanghai en 1997 (hace 10 años), en Pudong no había nada... únicamente la silueta del Oriental Pearl Tower aparecía en el panorama.... y en ese corto período de tiempo construyeron una especie de Manhattan con rascacielos que compiten por el trono de los más altos en el mundo; y que construyen autopistas de 7 carriles por lado en cuestión de seis meses; y que hay 5 tiendas Chanel en todo Shanghai, algo absurdo para la ciudad pues están siempre vacías, aunque obviamente lo compensan cuando alguno de los nuevos millonarios de la ciudad decide darse un pequeño gustazo.... La China moderna quiere impresionar al mundo y dar una imágen de opulencia, algo que poco a poco está logrando. Tuvimos la suerte esa noche de conocer a una testigo de los cambios que se han dado... Comunista? De gobierno... Es una sociedad completamente de consumo capitalista, donde los Mercedes, los BMW y los Jaguar compiten por espacio en sus abarrotadas calles. El tabú del comunismo en China desapareció por completo esa noche, saboreando un martini de manzana bajo los reflejos de las luces de la gran ciudad del futuro, o será del espacio?

Centro Europa 2006