martes, 27 de noviembre de 2007

Flashback: Helados frente a la Fontana di Trevi en el Invierno del 2002

El famoso abrigo color camello protagonista de esta historia

Sigamos con la degustación de la ciudad, y retomemos la Fontana de Trevi como punto de partida en nuestra exploración!... Tras caminar tanto, con el extraño calor de abril (los mismos romanos nos dijeron que era un clima completamente inusual) y viendo las cascadas en la fuente bañando las esculturas de dioses y seres marinos, por supuesto que nos dieron ganas de refrescarnos... Y que mejor para eso que un auténtico gelato italiano (helado, sorbete, o como se diga en sus respectivas tierras). Ubicada en la esquina derecha de la Fuente (si se ve de frente), esquina opuesta a la tienda de Benetton y en frente de donde permanentemente se mostraba una escultura viviente simulando a la Estatua de la Libertad en Nueva York (me imagino que muy conveniente para recibir propinas, por aquellos de los que “añoraban” su tierra natal), pues ahí hay una gelatería que no se si venderá los mejores helados de Roma, pero que es muy conveniente para hacer una parada técnica y endulzar un rato nuestros sentidos.


De hecho, en mis múltiples viajes a Roma, siempre regreso a comer un gelato en ese lugar, y es más por razones sentimentales... Cuando con Lycenia en el 2002 escaparamos hacia Roma huyendo del frío irlandés, llegamos a la Fontana di Trevi y descubrimos por primera vez esta gelattería. “Ay, que bueno, comámonos un sorbete!” fueron las palabras de Lycenia en aquel momento.... Tengo que advertirles que la historia mostrará una faceta de “Pato Donald” que me han atribuído algunos amigos en más de algún momento. Para entender el conexto, retomemos mi abrigo color camello comprado en Vía Ottaviano. Estaba nuevecito. No tenía ni 24 horas de habermelo puesto.... Además tenía en mis manos un back-pack color negro recién comprado (y después me pongo a criticar a mi mamá), una bolsa plástica llena de botellitas con agua que habíamos conseguido a un módico precio y un largo paraguas rojo, que comprara después del chaparrón de agua del primer día y que cargaba de arriba a abajo, con el karma de que como lo andaba cargando, pues no iba a llover.Lycenia quería utilizar el baño de la gelattería... No había problema, el baño era gratis para los clientes, pero teníamos que pagar los helados antes de que le permitieran su uso. Listo. Sabores? Para mi caramelo... Para Lycenia... CHOCOLATE.



Perfecto... Pagamos, ella pasó a hacer sus necesidades más básicas y yo me quedé ordenando los gelatos en el mostrador. Conos per favore.... Este helado está delicioso!... 2 minutos, 5 minutos, 10 minutos... Lycenia no salía, y algo muy natural de la vida... Su helado se comenzó a derretir... Es más, su helado de chocolate, se comenzó a derretir en mi abrigo color camello... Me había terminado mi gelato y Lycenia no salía... Y yo la esperaba en la callejuela de la entrada, con su helado de chocolate goteando por todas partes... Y....



Yo estaba con mi abrigo nuevo color camello, saboreando un gelato de caramelo y deteniéndole el helado de chocolate a mi amiga en lo que ella podía finalmente usar un baño después de todo un día de caminar y caminar... No contaba la pobre con que la mitad de los turistas de la ciudad habían tenido la misma idea, y que además de encontrarse con una cola de gente casi comparable con la de los Museos Vaticanos, tuviese que soportar el abuso de tiempo de una tipa que tomó más de 15 minutos en salir del único baño disponible del establecimiento.
Por supuesto que ahora puedo contar con conocimiento de causa que es lo que detenía a Lycenia “allá adentro”, pero en aquel momento, cuando su helado comenzó a derretirse, lo único que se me venía a la mente era “qué tanto hace en el chele-bocón” (traducción para los extranjeros, pues no creo que salga en Wikipedia, “chele” en El Salvador significa “de color blanco”, y bocón... pues que tiene la boca grande. Con esto pueden sacar sus propias conclusiones de mi comentario)... Y la dulzura de mi caracter comenzó a agrietarse con cada minuto que pasaba, y sobre todo después de haberme terminado mi sorbete de caramelo. Recuerdo que en el local tenían una calefacción muy agradable, haciendo que el helado de chocolate se derritiera más rápido... Y como la ira ciega los sentidos, en vez de tirar ese helado y comprarle otro cuando saliera, pues me fui al exterior de la gelatería para que según yo “dejara de derretirse” (proceso ya inevitable). Mi persona se presentaba como un panorama completamente absurdo, y hasta una señora encopetada con un abrigo de piel “de los de verdad”, quien estaba sentada afuera del local, se me quedaba viendo con unos grandes ojos de “no puedo creer lo que hace este idiota”, cuando yo murmuraba conmigo mismo observando al helado de chocolate derretirse en mis manos.


Finalmente apareció Lycenia, a lo que le dije: “Que tanto te tardaste? Acá está tu sorbete.” Y Lycenia, lo tomó en sus manos, pero no pudo reprimir una carcajada al ver este espectaculo tan irreal, lo cual incrementó mi enojo... “Lo hubieras botado” fueron sus palabras, a lo que respondí en buen salvadoreño “Hoy te lo hartas” (para los extranjeros, no es la mejor forma de expresarse... sobre todo con una amiga) y hasta ese momento aún no me había dado cuenta que el abrigo nuevo color camello (comprado el día anterior, no tenía ni 24 horas) tenía manchas de chocolate en diversos puntos muy visibles... En ese preciso instante es cuando me dió el efecto “Pato Donald” y comencé a caminar sin un rumbo específico, invocando a los cien mil demonios, y Lycenia muerta de la risa caminando unos pasos atrás, con su pedazo de gelato en la mano.



Pero no llegué muy lejos, pues si recordaran en la mano llevaba una bolsa plástica llena de botellitas con agua, un enorme paraguas rojo y un back-pack recién comprado pero doblado dentro de otra bolsa de compras, todo lo cual de repente me estorbó y parándome en seco, tiré todas las cosas al piso con el propósito de consolidarlas dentro del back-pack. Mi amiga se quedó de pie a mi lado pero con cierta distancia como para decir “yo no lo conozco”.
Y fue en ese momento culminante del berrinche, cuando percibimos una luz automática que en estos modernos tiempos es sumamente fácil asociar con un “flash” de cámara fotográfica... Y efectivamente eso era... Había una mujer con todo el aspecto de turista, sentada en las mesitas de afuera de un café, justo al lado de donde toda la escena estaba ocurriendo... El flash nos hizo reaccionar a Lycenia y a mi, y ambos vimos a la mujer, quien observó que nos habíamos dado cuenta de su actitud de “paparazzi” y no sabía qué hacer, pues me supongo que por su mente pasó que el “hooligan” que tenía enfrente le iba a romper la cámara o algo peor... Y mi reacción fue completamente contraria, comencé a reir... una risa incontrolable... Lycenia me imitaba ... Me dí cuenta de lo absurdo de todo... La mujer vió mi reacción histérica, y probablemente quizo documentar a un italiano loco, famosos por sus reacciones coléricas en público... Por berrinchudo me habían tomado una foto! Y el enojo se me fue de inmediato!... Estábamos en Roma, a un día del Nuevo Año, disfrutando de lo lindo... Y una turista me tomó una foto, la cual ahora ha de estar adornando un albúm de experiencias de viajes, o un blog, o peor aún, en algún periódico local en Europa bajo el titulo “la histeria italiana por las compras de último minuto”. Y qué pasó con la turista? Sinceramente no se, pues continuamos nuestro camino por otro rumbo.


Creo que con Lycenia hemos contado esta historia a muchas personas y a nadie le ha dado risa... Me imagino que está muy cargada con elementos que me delatan como un ser histérico, aunque quienes me conocen saben que no es mi estado regular si no más bien momentos de “lapsus mentis”. En todo caso es parte de la historia escrita de esa esquina, de la gelatería sin nombre específico, donde regresé en 3 ocasiones más, en 3 años diferentes, una de ellas con Lycenia, y que comer un gelato ahí, recordando lo absurdo de mi historia, es parte del ritual de tirar la moneda en la Fontana di Trevi. Y este viaje del 2007 no fue la excepción... Mi mamá y Mabel escucharon la historia en el propio lugar de los hechos, y posteriormente pedimos un helado por la nostalgia de viajes pasados (aunque mi mamá no probó el gelato, pues dice que la leche le cae pesada, aunque me imagino que el vino espumante no le hace daño, pues a ese nunca le dijo que no).

domingo, 25 de noviembre de 2007

jueves, 22 de noviembre de 2007

De compras por Roma - la cuna de la civilizacion Occidental


Muchos dicen que Roma es cuna de la civilización occidental, aunque la verdad es que copió el modelo griego y lo extendió a través de la cuenca del Mediterráneo, por todo el entonces “mundo conocido”. La gloria del Imperio Romano fue imponer sus costumbres, religión, arquitectura e idioma a muchos pueblos, dejando conceptos que nos llegan hasta la actualidad como lo son el Derecho penal y mercantil, el Senado, los Comicios, entre muchos otros.... Y caminando por el interesante Foro Romano, observando el increíble Panteón, y admirando el majestuoso Coliseo Romano, uno se pregunta... Qué pasó????


Cómo una civilización puede desaparecer así como así? Claro, sirvió de base para muchas cosas, pero del Imperio Romano de los Cesares únicamente quedan ruinas y maleza, que gracias a la conciencia arqueológica de finales del siglo XIX se pudo rescatar lo poco que quedaba y que no había sido reciclado como material de construcción en siglos anteriores. Lo cierto es que Roma (la ciudad) nunca ha vuelto a tener un apogeo como el que experimentó en su momento... Por lo menos político. El único remanente de esa gloria y que también ha perdido impacto mundial es la Santa Sede de la Iglesia Católica Apostólica Romana... Y ante tal declive de poder, a la ciudad y a los romanos no les quedó más remedio que reinventarse; sus habitantes, conscientes de la herencia cultural, política y económica de la ciudad, caminan sus calles con porte y orgullo, conquistando ahora al mundo a través de sus diseñadores, de modas y de interiores. No hay un ciudadano romano mal arreglado: se lucen a sí mismos como una pasarela urbana, con sus mejores galas para uso diario, y sus vitrinas muestran artículos cotidianos adornados con mucha creatividad.


Es fácil para un extranjero sentirse zarrapastroso dentro de la ciudad, y en mi caso era peor pues me iba a reunir con el mundo corporativo romano. Por suerte el Grupo Inditex lleva las últimas tendencias a El Salvador, lo cual me permitió llevar trajes de primavera, zapatos cafés, suéteres rosados, y todo lo necesario para negociar de tú a tú con cualquier profesional de la dolce vita. No iba en plan de compras, pero eso sí, había una compra muy específica que tenía en mente hacer durante nuestra estadía en Roma: aros para hacerme unos anteojos nuevos. Tenía que aprovechar la calidad del diseño que sus orgullosos ciudadanos exigen para seguir exhibiendo el orgullo de su ciudad.


Hace años llegué a la conclusión que si de todas formas tengo que usar lentes, por lo menos que sea algo que enmarque bien mi rostro y que sea de buena calidad. Después de ver en enero a un compañero de trabajo australiano con unos fabulosos aros de Dolce & Gabbana, y tras pasar los 3 años anteriores buscando anteojos nuevos para mi, me dí cuenta que el viaje me brindaba la oportunidad perfecta para ese cambio de “look” que quería para mis permanentes compañeros. Si no los encontraba en Roma, no los iba a encontrar en ninguna parte del mundo. Así que ahí me tienen con Mabel y mi mamà caminando de optica en optica, midiéndome cualquier cantidad de aros, hasta encontrar lo que consideré como los anteojos perfectos, sorpresivamente muy parecidos a mis lentes anteriores: hechos de resina negra, pero más gruesos, en el estilo que Samer hubiese bautizado en algún momento como “mapaches”, por el efecto similar que tienen en el rostro si se comparan con esos animalillos. Opté por un diseño PRADA, en un negocio llamado “Ottica F. La Barbera” (http://www.otticaflabarbera.com/) el cual tenía cualquier cantidad de lentes de todas marcas, precios y tamaños. La marca de los lentes y el hecho que recorrimos media ciudad para encontrarlos, me recordó mucho un viaje a Maui, Hawaii, donde una buena amiga panameña nos hizo andar media isla para encontrar una tienda PRADA y comprarse una carterita miniatura como un auto-regalo innecesario, cosa que le pasé criticando por meses por haber perdido tanto tiempo en su búsqueda! Por eso no hay que criticar, uno no sabe cuando le toca hacer lo mismo. PRADA? Muy bohemio! Ja!


Y lo cierto es que hay cosas que se deben comprar muy en específico en cada ciudad del mundo y en Roma en su lista de compras no deben faltar: artículos de diseñador, sandalias, corbatas de seda, artículos de cuero, vinos y quesos. Si quieren mantenerse del lado barato del espectro, las compras ideales están en Vía del Corso, que comienza en Piazza Venezia (justo donde está el Monumento a Victor Emmanuel II) y termina en la Piazza del Popolo (donde están las iglesias de Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto, que son iglesias gemelas, una a la par de la otra). Esta calle es lo que podríamos considerar el puro centro de Roma y si la recorren en su totalidad, existen oportunidades de combinar compras con visita a fuentes y monumentos (Fontana di Trevi, Panteón, Piazza di Spagna) que quedan dentro de los parámetros aceptables de una caminata no fatigante. La optica de mis lentes estaba ubicada en el Centro Comercial Galeria Colonna, justo a la mitad de la caminata que les recomiendo.... Eso es comprar con estilo! No hay nada más delicioso que ver zapatos, chaquetas de cuero, y objetos de moda, o tomar un café, rodeados de obras de arte, vitrales de muchos colores, columnas romanas al estilo corintio y pisos de mármol, donde la gente bonita de la ciudad se concentra para comentar sus quehaceres del día. El centro comercial tiene muchas boutiques locales a precios relativamente accesibles y de calidad insuperable.


Continuando con las compras, si por otro lado lo que buscan es un artículo de una mejor calidad en el espectro y están dispuestos a invertir cantidades obscenas de Euros en un producto que les durará toda la vida, entonces la calle adecuada para ustedes es Vía Condotti, que comienza en Piazza di Spagna y termina en Via del Corso, y donde encontrarán las casas de alta costura italiana como Armani, Bvlgari, Dolce & Gabbana, Prada, Valentino y Versace. Y tengo que admitir que son muy impresionantes los diseños y la calidad de las piezas por lo que observamos en sus escaparates, pero como por el momento el Grupo Inditex decide las tendencias por mi, y aún no he estado interesado en un traje que me dure toda la vida (algo de rigor para cualquier italiano), mi exploración se concentró en Via del Corso y únicamente compré sandalias y camisetas en United Colors of Benetton, cuya Casa Matriz está en Roma, por lo que se pueden encontrar a precios más o menos baratos (aunque con el cambio del momento a 1.48 de Dólar por un Euro, nada es tan barato como parece).

domingo, 18 de noviembre de 2007

Crucero por el Rio Huangpu, Oriental Pearl Tower y otras visiones de Shanghai

La clasica foto turistica de Shanghai, con el Oriental Pearl Tower desde El Bund


Barcos turisticos sobre el Rio Huangpu
Tormenta sobre Shanghai (que momento para navegar!)

Posando en el barco con el Jin Mao Tower y el Shanghai World Financial Center

Nuestro crucero de una hora por el Rio Huangpu

El Oriental Pearl Tower y el Shanghai International Convention Center desde el barco

Walter haciendo la danza del Sol

Cerdo agridulce con hongos y verduras

Walter a los pies del Oriental Pearl Tower

Super Brand Mall Shanghai

martes, 13 de noviembre de 2007

Shanghai's Bund Sightseeing Tourist Tunnel Ride

Palabras de Lycenia: "Es tan feo que hay que verlo"

lunes, 12 de noviembre de 2007

"Bohemio"


“Bohemio”. Esa es la clasificación que el servicio secreto me otorgara recientemente.
No se si considerarme honrado por que me investigaron bien o si sentirme asustado por que un mundo nos vigila.


Para comprender más mi clasificación oficial, traté de buscar el significado del término en Wikipedia y esto es lo que encontré:
“El término Bohemia aparece por vez primera en el siglo XIX en la obra del romántico Henri Murger Escenas de la vida en bohemia, y hace referencia a toda clase de individuo, especialmente artistas (pintores, músicos, poetas, literatos...) que acostumbran a vivir al margen de la sociedad, ajenos a determinadas normas, tendencias o convencionalismos presentes en ésta. Los lugares de encuentro de la bohemia original solían ser los cafés poco de moda, donde se reunían y se discutían las tendencias, las ideas, la política o cualquier área del pensamiento y la cultura.
Bohemio es alguien que tiene las siguientes caracteristicas: idealista, creativo, musico, artista, filosofo, etc.
Tradicionalmente se figura al bohemio como artista de apariencia despreocupada, poco cuidada, en contraposición a la fijación de gran parte de la sociedad por la ostentación estética y material, aspectos estos que el bohemio suele considerar superfluos y de menor o de muy poca relevancia. Asimismo, la ocupación de la bohemia tiende a decantarse hacia el mundo de las ideas, el conocimiento, la creación artística, el enriquecimiento intelectual, el interés por otras realidades o manifestaciones culturales, etc.
Una imagen que reside en el subconsciente colectivo es la del bohemio perteneciente a la gran ciudad vagando por sus calles, buscando la inspiración en la absenta o en otro tipo de substancias.”


Después de leer la definición concluyo no considerarme al margen de la sociedad ni mucho menos ajeno a normas determinadas. Más bien considero que mi país, El Salvador, está al margen de lo que está pasando a nivel mundial y sus normas se rigen por pensamientos y conductas no acordes a nuestro siglo XXI.
Podré ser creativo y obviamente me gustan las manifestaciones culturales, aunque no creo estar en contra de la ostentación estética y material, más bien los lugares que frecuento están al extremo opuesto de la descripción mencionada. Tal vez de ahí viene el adjetivo “bohemio chic” que anteriormente discutimos, pues me gusta andar bien arregladito.


Y pues en relación a la absenta, este licor de corteza de árbol tiene su venta permitida únicamente en República Checa, Eslovaquia y en Barcelona, y en ninguno de los tres lugares la probé (me dió miedo la reacción que podía tener, o peor aún, que me fuese a gustar), y la inspiración con otro tipo de sustancias me viene únicamente de mis Heineken, mis Chianti, mis Pinot Grigio y mis Bombay Martini, ya que el cigarrillo, el otro de mis vicios, no lo considero como fuente de ningún tipo de inspiración.


Así que no caigo del todo en la categoría de “bohemio”, aunque si presento características al respecto, posiblemente por influencias de mis vidas pasadas (una de las cuales debe haber sido en la Europa Impresionista, en medio de toda esa movida cultural), y la única verdad absoluta acá es que me gusta vivir la noche y aprovecho mis momentos nocturnos para conversar con amigos y amigas acerca de la experiencia de vivir, con cero política y cero religión, ya que cada quien tiene derecho a sus propias creencias, las cuales todos debemos respetar.

martes, 6 de noviembre de 2007

Shanghai!! El futuro, el pasado o el espacio?

Vista nocturna de Pudong desde El Bund: Es el futuro o es el espacio?

Walter en The Bund: Es el Tamesis o es el Huangpu?

The Bund: Edificio HSBC (el de la cupula) y Customs House (con su reloj imitacion Big Ben)

The Bund: Peace Hotel, Bank of China y Yokohama Specie Bank Building

Terraza del Bar Rouge y detalle de las aranas de cristal en la barra

Interior y terraza del Bar Rouge en Shanghai

Vista de Pudong desde la Terraza del Bar Rouge

Lycenia y Walter en la Terraza del Bar Rouge

Con nuestros nuevos grandes amigos estadounidenses (por esa noche) en el Bar Rouge

Centro Europa 2006