sábado, 28 de julio de 2007

Michelle Pfeiffer - Makin' Whoopee

No se como voy a convencer a la Milta para que haga este numero cuando abra el Cabaret de Lujo en San Salvador!

viernes, 27 de julio de 2007

Bogota y su Centro Historico!
















Ahora que ya les dije lo que no tienen que hacer la primera noche en Bogotá, pasemos a lo que si deben hacer el primer día en Bogotá.

A pesar de haber estado en múltiples ocasiones en dicha ciudad, nunca había hecho el tiempo para hacer turismo. Estábamos a punto de contratar un taxi para que nos llevara al Centro Histórico, pero Sandra logró contactar a Lucho, un colombiano que trabajó conjuntamente con ella en un proyecto de modernización del sistema judicial después de la guerra (si, ellos admiten que ahora hay que modernizarlo nuevamente pues el contexto socio-político de El Salvador ha cambiado desde entonces). Y bueno, Lucho se tomó la mañana y parte de la tarde para mostrarnos algo de su ciudad.

Fuimos al Barrio de la Candelaria en Bogotá, en el Centro Histórico de la ciudad, donde caminamos por un par de horas viendo los monumentos más significativos de la zona: la Catedral, la Plaza de Bolivar, el Capitolio Nacional (sede del Congreso de la República), la Alcaldía Mayor de Bogotá, el Palacio de Justicia, etc…
Conversando hace poco con mi amigo Jacobo, él me decía que en Bogotá llueve todos los días, y bueno, ese miércoles santo, después de pasar buscando durante un largo rato un estacionamiento para el auto de Lucho, que estuviera cerca de todos los lugares mencionados, al comenzar nuestra caminata, se desató la lluvia!

Hay algo que yo no entiendo de los viajes de placer… Siempre llueve y siempre uno termina comprando paraguas baratos… La primera vez fue en París, luego en Londres, luego en Dublín (donde el paraguas era de tan mala calidad que a la hora, con el primer mal viento se volteó completamente para atrás), y el mejor de todos fue el paraguas rojo y grande que compré en la Plaza Navona en Roma junto con Lycenia, después de habernos empapado por completo corriendo desde la Basílica de San Pedro en dirección a nuestro hotel que quedaba a unas cuantas cuadras. Claro, desde que compramos el paraguas rojo, nunca más volvió a llover, pero por lo menos nos servía cuando nos perdíamos, momento en el cual yo lo levantaba por los aires y Lycenia me ubicaba muy fácilmente entre la multitud. (ese paraguas al final terminó en las manos de una irlandesa pelirroja que era idéntica a la Miranda de “Sex and the City”)
Pues bueno… Sandra compró un paraguas, pues como buena mujer no quería mojarse el pelo para evitar que el pelo se le ondulara con la lluvia.

La lluvia iba y venía… Hubo un momento que entramos al Museo de Arte Colonial, (http://www.bogota.gov.co/vis/museoarte/museoartec.html) y el diluvio universal llegó en su máxima expresión. Pero estábamos adentro del museo, así que no había problema alguno que cayeran sapos y ranas en ese preciso instante.

Algo que me impresionó de los museos en Bogotá es la alta calidad internacional que manejan en sus exposiciones, teniendo un orden lógico y una presentación muy buena de sus obras.
El museo tiene una amplia exhibición de arte religioso que data de la época de la Colonia. Arte muy interesante por cierto, pues los rostros de todos los cuadros tenían caras donde el arrepentimiento, el temor a Dios y el miedo en general se mostraban como propios de una época donde la Iglesia tenía un gran control sobre el Estado y sus personas.
Pero esa es harina de otro costal. Sencillamente quedamos más horrorizados que encantados con un arte que estaba destinado para hacerme sentir aturdido y como un pecador que debía buscar el arrepentimiento. Creo que por eso me hice marinero en una vida pasada, para poder escapar de los sistemas restrictivos pre-establecidos.

Después de una sopa de goulash en el restaurante “Sopas de mamá y postres de la abuela”, tuvimos la oportunidad de ir al Museo del Oro (http://www.banrep.gov.co/museo/esp/home.htm) donde vimos como el arte pre-colombino era más interesante, y de donde surgieron todas esas leyendas del Dorado. Se pueden imaginar las caras de los españoles cuando vieron a los nativos cubiertos con oro desde la cabeza hasta los pies? Claro, los españoles traían espejitos y fue muy fácil el intercambio comercial con los locales… Claro, las riquezas que no salieron del Dorado, ahora las exhiben en el Museo del Oro del Banco de la República en Bogotá!

Algo que si nos faltó hacer y espero algún día hacer el tiempo para visitarlo es el Museo Botero, donde podríamos haber satisfecho nuestros sentidos con gorditas y gorditos (habríamos tenido por lo menos mejores malos pensamientos que los causados por los rostros de arrepentimiento del Museo de Arte Colonial).

martes, 24 de julio de 2007

Rumba en el Parque de la 93

En la Pesquera Jaramillo con Sandrita!

Hola. Estoy de regreso en San Salvador y no lo puedo creer! Dos semanas consecutivas en El Salvador!!! Wow! Aunque no me lo crean, es algo importante para mí descansar en mi casa, en mi cama y ver a mi gente, sobre todo que siento que desde mediados de enero no he parado. La verdad no me estoy quejando, solo dándole gracias a Dios que puedo seguir mi rutina por unos días… Me hacía falta mi gimnasio, la comida preparada con mis propias manos y el poder estar en shorts y chanclas a la hora de trabajar!

El domingo quería continuar mi historia de Colombia, aprovechando mi vuelo de regreso de Frankfurt a Miami. Tenía 9 horas en horario diurno y era una excelente oportunidad para manifestarme. Pero, la computadora se me arruinó el último día de mi estancia en Roma. La pantalla de la laptop estaba negra, completamente negra. Yo sabía que encendía pues se escuchaban todos los ruidos propios del inicio de la sesión de Windows, pero no aparecía nada en la pantalla. Traté de encenderla en múltiples ocasiones y nada! La pantalla de mi computadora, había pasado a mejor vida.

Es interesante como uno se vuelve tan dependiente de la tecnología. De un momento a otro me sentí incomunicado del mundo. No Internet, no archivos de trabajo ni archivos personales, y la pantalla de mi computadora completamente negra. Un escenario fatalista. Lo peor de todo era que iba a estar en un vuelo de regreso de Europa a América en Clase Económica por 9 horas sin poder utilizarla. Lo más interesante de todo, es que al llegar a El Salvador, reporté la falla al Departamento técnico de nuestra empresa, quienes abrieron una orden de reparación… Cuando el técnico y yo nos reunimos, y me disponía a darle la demostración de cómo la pantalla de mi computadora no servía, obviamente la computadora encendió sin ningún problema (típico de cuando uno reporta un problema y el técnico está enfrente), haciéndome quedar como el ignorante que no conoce el modo de hibernación de Windows. Aún creo que mi laptop no está del todo bien, pero la tienen en observación y monitoreo para ver si vuelve a fallar. Mientras tanto estoy aprovechando para escribir la historia de Colombia, antes de que vuelva la niña a entrar a la madriguera y dormirse cual oso en invierno.

Martes Santo… Santa Fé de Bogotá. Lluvia a cántaros. 9 Grados centígrados de temperatura. Estómago revuelto por la cena de la noche anterior. Soroche del duro. Pensamientos lentos… Ese era el panorama que tenía esa primera noche en Colombia, y mi mejor consejo cuando lleguen a Bogotá: Descansen temprano la primera noche, no tomen alcohol, no fumen, no coman pesado y no se desvelen…. Claro, que hizo Walter en su primera noche de vacaciones?

Ir con Sandrita a cenar a la Pesquera Jaramillo (http://www.pesquerajaramillo.com/index-e.html), tomarnos una botella de vino chileno reserva (en honor a Ian, mi compañero de trabajo, quien es chileno-hondureño y es quien me enseña de vinos chilenos), fumar media cajetilla de Marlboro Lights y desvelarnos hasta después de la medianoche! Por supuesto que tenían que darnos pesadillas en el hotel con semejante desorden corporal!

Pero bueno, la Pesquera Jaramillo es la Pesquera Jaramillo… Toda una institución en Bogotá, y escogimos el lugar por una importante razón: era el único restaurante que su servidor conocía en la ciudad y que quedaba cerca del hotel.
En mi viaje anterior a Colombia, habíamos ido con Ian y otro compañero de trabajo de la oficina de Dallas a cenar al lugar y me había encantado.
Su especialidad son los mariscos. Recuerdo que comí un pescado con salsa de camarones y frutos del mar que era un manjar de los dioses. Además la Pesquera tiene música en vivo todas las noches, y hay una pareja (hombre y mujer) que cantan de todo un poco, y pareciera que es la radio con los cantantes originales de cada canción de lo bien que sus imitadores entonan sus canciones. Así que tuvimos prácticamente en vivo a Shakira, Amanda Miguel, John Secada, Juanes, entre otros.

Bueno, y no contentos con habernos terminado un tinto chileno, todavía nos fuimos a dar las del zarpe a Bogotá Beer Company (http://www.bogotabeercompany.com/) ubicado también en el Parque de la 93, aunque tienen sucursales por todas partes en la ciudad.
Tienen unas cervezas rubias y otras morenas, que son la tentación…

Más tarde tenía pesadillas acerca de crímenes sin resolver, en lo que Sandrita tenía pesadillas de clientes enojados haciendo reclamos y documentos importantes perdidos.

sábado, 21 de julio de 2007

Definicion de Ciudadano del Mundo

Navegando por Internet, me encontre en Wikipedia la siguiente definicion de "Ciudadano del Mundo", y me gustaria compartirlo con ustedes:

Un ciudadano del mundo o cosmopolita (del griego κοσμοπολίτης, y éste de κόσμος, "mundo", "creación", y πόλις, "ciudad") es una persona que desea trascender la división geopolítica que es inherente a las ciudadanías nacionales de los diferentes Estados y países soberanos. En este respecto, se diferencia del concepto de internacionalismo, que se basa en la idea de naciones. Al negarse a aceptar la identidad patriótica dictada por los gobiernos nacionales, los ciudadanos del mundo afirman su independencia como ciudadanos de la Tierra, del mundo, o el cosmos.

Eso lo explica todo!!!! Somos cosmopolitas!

jueves, 19 de julio de 2007

Bogota en Martes Santo


Bueno, y a todas estas ya mi avión aterrizó en Frankfurt. Continúo mi historia desde la sala de espera A10 del Aeropuerto de Frankfurt, esperando que mi vuelo a Roma salga en una media hora más o menos.
Llegar a este Aeropuerto activó muchas memorias nuevamente… La última y única vez que estuve por acá fue en el 2002, cuando con Samer hicimos un viaje a las Islas Griegas y conectamos también por este Aeropuerto. En aquella ocasión el vuelo hacia Atenas estaba llenísimo, pero la gente en la Sala de Espera estaba sumamente animada, cantando en griego y bailando agarrados de los brazos como suelen hacer por aquellas tierras. Hasta conocimos un griego que estaba estudiando en Alemania llamado Vaios (no estoy seguro se así se escribe) quien andaba un cardigan gris, que por casualidades de la vida yo estoy acá ahora sentado esperando mi avión con un cardigan gris muy similar al que Vaios tenía en esa ocasión.

Retomando Colombia…
Llegamos con Sandra a Bogotá un martes Santo. La ciudad al mismo ritmo de siempre, la vacación aún no había comenzado para los locales. Nos hospedamos en el Hotel Casa Dann Carlton Bogotá… Escogí ese hotel pues ya me había quedado ahí en el año 2000 y me pareció muy bien ubicado, pues queda a unas cinco cuadras del Parque de la 93, uno de los centros de vida nocturna de Bogotá, donde hay muchos restaurantes, bares y discotecas, todos alrededor de un parque ubicado en la Calle 93.


La ubicación del hotel era sumamente conveniente y en una buena zona de la ciudad, pero las habitaciones dejaban mucho que desear. Eran oscuras y la decoración era demasiado sobria. No recordaba esos detalles de mis estadías previas. El check-in del hotel era sumamente lento y tardaban un mundo en resolver cualquier situación o inclusive para contestar preguntas.
Pero el verdadero problema es que las habitaciones tenían muy mal feng-shui. Se sentía una mala vibración, que de hecho las dos noches que estuvimos ahí, ambos tuvimos pesadillas y pasamos mala noche…. Sería la habitación? O sería la altura de Bogotá y su respectivo soroche el que nos causaran las pesadillas? Bogotá está a 2,600 metros sobre el nivel del mar, así que el oxígeno llega en menor proporción al cerebro, dando como resultado pensamientos y movimientos más lentos. Nunca me he sentido a plenitud en mis visitas a dicha ciudad y se lo quiero atribuir al mal de altura.


Pesadillas o no pesadillas, soroche o no soroche, nada de eso nos impidió pasear por la ciudad… Aunque el clima no ayudó. Cuando quisimos salir del hotel y caminar por la zona, cayó el diluvio universal y quedamos atrapados tomando un café en el restaurante del hotel. No quisimos esperar a que acampara, pues no fuera a ser que el realismo mágico de Macondo nos hiciera esperar por más de tres años y pedimos recomendación a una chica de Relaciones Públicas del hotel acerca de qué podíamos hacer en Bogotá un martes a partir de las cuatro de la tarde… Su respuesta fue más local de lo que hubiese imaginado: nos mandó o al cine o a jugar boliche!!! Cosa que optamos por no hacer pues podríamos hacerlo en cualquier parte del mundo… Pero si hicimos lo que de todas formas hacemos en cualquier parte del mundo… Dónde se puede ir cuando está lloviendo para perder el tiempo y no estar encerrado? Por supuesto! El mall! El centro comercial!

Un taxi nos llevó al Centro Comercial Salitre, muy cerca del Aeropuerto. Nos pareció muy interesante que el lugar estaba rodeado de edificios de apartamentos en una zona sumamente populosa y además rodeada de parques y jardines, que es algo que caracteriza a Ciudad de Bogotá: su verdura. Su amor por los parques! Pero los parques estaban vacíos con la lluvia… Pero en cambio el Centro Comercial estaba a reventar de gente, me imagino que muchos haciendo compras de último minuto por Semana Santa u otros como nosotros, buscando un refugio seguro de la lluvia.


En cualquiera de los casos, estábamos atrapados en un complejo de tres pisos con mucha moda colombiana, la cual es muy local y diferente del resto del continente. Hay muchos diseñadores locales, así que el estilo es único. Claro que para alguien sumamente influenciado por el Grupo Inditex, pues la creatividad local no crea mayor relevancia (si alguien hizo el mercadeo para decidir que está de moda en los mercados mundiales, porque regionalizarme por un solo país?) Muy malo de mi parte para la economía local? Ni tanto, pues mis dólares quedaron invertidos en la fabulosa vida nocturna colombiana!


Sandra en cambio si contribuyó con la economía local en varias ocasiones y en el Salitre se compró una joya muy interesante, ornamentada de tal forma que era notoria su inspiración en el mundo griego (algo que a su vez está influyendo directamente en Sandra). La vendedora le vio la inspiración de comprar algo, y nos sacó toda la joyería para que Sandra nos modelara y escogiera… Claro lo mejor que se probó Sandra fue en Cartagena, en Galería Cano, donde tuvo en su cuello una pieza de oro, inspirada en tribus locales, y cuyo precio de mil doscientos dólares, no opacó la garganta de mi amiga… Se le veía muy bien! Pero claro, también habían mil doscientas razones de a dólar para no comprarla, por lo menos en el ínterin que somos personas decentes de clase media.

Y bueno, regresando al presente… Ya estoy en Roma. Historia para más adelante. Aunque mi maleta no me llegó y pasé todo el día pensando si tenía que lavar la ropa interior en la noche o no. Por suerte me enviaron la maleta al hotel hace media hora (son las 10:15PM hora local) y el Grupo Inditex en Italia perdió un cliente potencial para el día de mañana.

domingo, 15 de julio de 2007

Planificando un viaje a COLOMBIA y CARTAGENA de INDIAS


Estoy escribiendo ahora en un sitio inusual y a una hora más inusual.
Son las cinco de la mañana, y estoy haciendo piruetas con la computadora para poder escribir en un asiento de clase económica de Lufthansa… No cualquier asiento. Un asiento en el medio de dos desconocidos que han sido mis compañeros de viaje por más de 6 horas y media de recorrido, y aún nos falta una hora para llegar a Frankfurt, donde estaré haciendo conexión hacia Roma.

Voy en un viaje de negocios y no es como mi mayor ilusión pasar un sábado por la noche a bordo de un avión, sobre todo en tan precarias condiciones como un asiento del medio en clase económica. Por lo menos es un Boeing 747 y es Lufthansa, así que el servicio es impecable. Pero el asiento de económica, donde uno no se puede mover, sigue siendo asiento de económica (ni porque los alemanes son más grandes, hay más espacio entre los asientos). En mi viaje anterior pude conseguir ascenso a Clase Ejecutiva con TACA. Muy bien decía un sitio de Internet relacionado con Praga, que el trato preferencial que uno tiene en su tierra pues no lo podrá encontrar cuando se está lejos. Y bueno me tengo que ubicar: estoy en Lufthansa, no en TACA. Obviamente dicha ubicación podría ser tema de polémica entre todos los lectores, pues habrá ideas encontradas respecto a que será mejor (pues el servicio de económica de Lufthansa es parecido al de Clase Ejecutiva de TACA, la diferencia es el asiento).

Pero bueno, eso no es parte de la historia que voy a contar hoy… Es más bien para colocarme un poco en el tiempo y en el espacio, y compartir con ustedes el hormigueo de mis piernas. De todas formas, viajar tiene su precio (y no hablo de dinero).

Este es mi segundo viaje combinado de placer y negocios que hago en el mes de abril.

El primero surgió a raíz de tener unas reuniones de trabajo con mi cliente en Bogotá justo la Semana después de Semana Santa. En aquella ocasión me pareció muy conveniente que las reuniones comenzaran justo después de vacaciones.. No fue algo que yo planificara de esa forma, sencillamente era parte de un proceso que tenemos con este cliente… Al enterarme de las fechas, le conté a mi amiga Sandra y quedamos en viajar hacia Colombia, específicamente a Cartagena de Indias en el Caribe colombiano, y así tomar ventaja de mi boleto pagado por el mundo corporativo… Aunque dicho boleto solo me llevaba hasta Bogotá, donde iba a tener las reuniones. Había que comprar boletos desde Bogotá a Cartagena.


Cuando atendí a mis clientes colombianos en nuestras oficinas en Dallas a finales de febrero, creo que ahí fue cuando todo comenzó en realidad. Las fechas se fijaron en ese momento para las reuniones de trabajo, y yo le pregunté a Isolda, una de mis clientes, que cómo se pasaba la Semana Santa en Colombia, ya que podría aprovechar mi viaje y hacer un poco de turismo en su tierra. Y salió por supuesto Cartagena de Indias como el sitio esencial de verano para la clase media y media alta del pueblo colombiano. Eso si, me dijo que comprara los boletos de Bogotá a Cartagena lo antes posible, pues los espacios se llenaban rápido y los precios subían más rápido.

A mi regreso a San Salvador y al mencionarle la idea a Sandra, ella me indicó que el Centro Histórico de Cartagena de Indias era protegido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Y si a la UNESCO le parecía un lugar interesante, pues me imaginaba que también sería para nosotros un lugar interesante!!!

Para rematar, al regresar del viaje de San Francisco, compré la edición de marzo de la revista Conde Nast Traveler (si no la conocen, suscríbanse pues tiene muchas ideas de viajes interesantes: cntraveler.com) y me encontré con un artículo muy pintoresco y de más de 10 páginas acerca de Cartagena. Definitivamente era una señal de donde tenía que ser mi próximo destino en el planeta. De todas formas ya Sandra había comprado los boletos en Agencia de Viajes Escamilla (para la gente que si sabe viajar dice su slogan, lo siento si lo cambiaron y no me he dado cuenta don German). Y efectivamente no eran boletos baratos… Más o menos 365.00 dólares desde Bogotá a Cartagena, considerando que era un vuelo de una hora (claro que debemos recordar que en el mercado centroamericano un vuelo de media hora puede salir casi por la misma cantidad, como añoramos un Vueling o un EasyJet por estas partes del mundo). Pero bueno, quien la quiere celeste que le cueste. El boleto caro era hacia Bogotá y era pagado por el mundo corporativo, y en el caso de Sandra era con millas. Ya todo estaba arreglado.
Decidimos quedarnos dos noches en Bogotá antes de abordar nuestro avión hacia Cartagena, para así también conocer la capital colombiana. He estado en Bogotá en muchas ocasiones y nunca había hecho turismo, así que definitivamente era la oportunidad para hacerlo.
Eso sí, empacar para un viaje combinado de trabajo y de placer, de playa y de montaña, de frío y de calor, de saco y corbata y shorts y sandalias, no fue una tarea fácil, sobre todo por mi obsesión de viajar con una maleta pequeña. Pero se puede lograr, con paciencia y con mucho tiempo para hacerlo. Eso si, siempre me pone de muy mal humor empacar en este tipo de situaciones, pero como aún no se ha inventado la tele-transportadora de ropa para enviar todo el armario hacia el hotel de destino (y así no decidir que llevar, si no llevarlo todo), pues me la tengo que aguantar y hacer la maleta. Le pueden preguntar a mi amigo Samer como se me pone el humor entre escoger, doblar, arreglar, hacer que quepa y dejarla lista para el vuelo del día siguiente. Colombia no fue la excepción. Pero como dije antes, viajar tiene su precio y no necesariamente es monetario. Después de pasar por ciertas tribulaciones se llega al destino y se pasa fenomenal!! Y obviamente en Colombia se pasa fenomenal! La tierra del café, de Shakira, de Macondo, de las gordas de Botero, del Dorado, en fin un país donde hay mucho que ver y explorar. Nuestros días de vacaciones fueron muy cortos para ver todo lo que el país puede ofrecer.

viernes, 13 de julio de 2007

Robbie Williams - Beyond The Sea

A los que me conocen bien saben mis famosos planes del Cabaret de Lujo. Esta cancion representa la esencia de esa epoca que quiero recrear y por alguna extrana razon la escuche ayer en el gimnasio y luego en el Mai Thai, cantada por los originales por supuesto!

Robbie Williams tal vez no lo hace tan bien como los originales, pero tuvo la pasion para hacerlo!

Centro Europa 2006